domingo, 4 de octubre de 2020

Pidan por nosotros

Hoy es día de San Francisco de Asís, pero a pesar que es un día importante para nosotros franciscanos he empezado el día con un sabor amargo. Los hijos de San Francisco estamos llamados a vivir la fraternidad universal, a vivir el amor entre hermanos, a vivir y transparentar el amor a Dios a todas las creaturas, pero la realidad rebasa el ideal, la utopía de vivir algo que parece que es inalcanzable a veces se vuelve pesada. 

Hoy solo quiero decirles a tantos que se han ido de nuestra fraternidad por mi mal testimonio, por tantos que me han conocido y han recibido todo lo contrario a lo que Jesús y Francisco querían, a todos les digo desde mi corazón adolorido y contrito: 

PERDÓN

Pidan por nosotros para que vivamos con la sencillez de la vida cotidiana el amor de Dios manifestado en cada persona que Dios ha creado. Pidan por nosotros porque Dios nos ha llamado a esta vocación porque seguramente afuera hubiéramos hechos más daño del que hacemos, como dice un escritor capuchino de Brasil (Jose Carlos Correa Pedroso) que en paz descanse. DIOS NOS CONCEDA LA CONVERSIÓN, que en palabras de Carlo Acutis, es volver la mirada a Jesús.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando un agricultor siembra espera que lo que sembró sea muy buena cosecha. Dios, el divino sembrador, ha sembrado una viña en una tierra fértil pero las uvas han salido agrias, en la primera lectura de la liturgia de hoy se hace una pregunta: ¿Por qué cuando yo esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias? Tres cosas podemos responder.

| PERDEMOS DE VISTA LA ILUSIÓN Y EL SUEÑO DE DIOS EN NOSOTROS |

Recordar el amor del principio

Cuando alguien se inicia en la relación más viva con Dios, no solo a ir a misa, frecuentar los sacramentos o hacer obras de caridad, suele perder esa primera ilusión o el sueño de ser una persona mejor cada vez que se encuentra con el Señor, la pierde por la rutina, por enterarse y darse cuenta que no todo es color de rosa en la cuando se acerca uno al Señor. También se pierde por el mal testimonio de los que ya tenemos tiempo y de quienes se espera una mejor vida, una vida impregnada por el amor de Dios. No lo digo por los diferentes grupos de la Iglesia o de las parroquias, lo digo porque lo he vivido en la fraternidad franciscana. 

| PERDEMOS DE VISTA QUE ÉL ES EL DUEÑO DEL VIÑEDO |

Cuando perdemos los sueños y las ilusiones del inicio, también perdemos de vista que Jesús es el dueño de la viña, y nos pasa como el ángel más hermoso del cielo y cayo por creerse dios. Es fácil caer en la tentación déspota, orgullosa y soberbia, y así las uvas que deberían ser dulces y hacer un buen vino, solo son uvas amargas y dan solo un vino avinagrado. 

| PERDEMOS DE VISTA AL MISMO QUE ES NUESTRA PIEDRA ANGULAR |

Ojos fijos en Jesús

Las dos cosas anteriores que perdemos de vista, en realidad se sintetizan en esta última. Perdemos de vista al mismo Dios en los hermanos y hermanas, perdemos de vista a Jesús, pero la esperanza que siempre queda a quien nunca se cansa de hacer el bien es que Dios siempre convierte a esa piedra desechada en una PIEDRA ANGULAR. 

Seamos buena cosecha para Dios, seamos uvas dulces para su obra, seamos
un vino nuevo para el mundo, seamos es vino añejo que tantos quieren probar, ese vino generoso para consagrar y para que se convierta nuestro esfuerzo en el Reino de Dios aquí en la tierra, tal como lo que sucede en la Eucarística cada domingo en el altar.

Fray Yolo