domingo, 26 de enero de 2014

Homilía del 3° Domingo del Tiempo Ordinario.

De la primera carta del apostol san Pablo a los Corintios: 1, 10-13. 17
 

Hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo les ruego que se pongan de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que vivan en perfecta armonía de pensamiento y opinión. Porque me he enterado, hermanos míos, por la familia de Cloe, que existen discordias entre ustedes.
 
Me refiero a lo que anda diciendo cada uno: yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo. ¿Está dividido Cristo? ¿Ha sido crucificado Pablo por ustedes o han sido bautizados invocando el nombre de Pablo?

Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, sin elocuencia alguna, para que no pierda su eficacia la cruz de Cristo.

¿POR QUÉ NOS DIVIDIMOS LOS CRISTIANOS?
SI NI EL DEMONIO TRABAJA DIVIDIDO.
 
Hola hermanos y hermanas, que el Señor les conceda su paz.
 
Este domingo quiero compartir con ustedes esta lectura, que corresponde a la segunda lectura de este domingo 3° del tiempo ordinario, que habla de las diviciones internas en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en fin, en los ambientes donde no deberíamos estar divididos.
 
Dios es unidad, de hecho aunque son tres personas las de la Santisima Trinidad las tres estan intimamente unidas por el amor, la comprensión y porque se ponen de acuerdo, las tres personas -Padre, Hijo y Espíritu Santo- son una única realidad, son un Dios. Y si la esencia de Dios es ser uno, tambien la de la Iglesia y de los seguidores de Jesús tendría que ser la misma, de ser unidos, de tener un solo corazón y una sola alma, entonces ¿por qué vivimos divididos los cristianos?
 
Es triste constatar las divisiones internas de los grupos parroquiales, de nosotros mismos como personas, de nuestras parroquias, de las diocesis, pues si estamos divididos es como si el cuerpo de Cristo se despedazara, a veces criticamos a los "malitos" porque descuartizan a personas, pero no nos damos cuenta que tambien nosotros al criticar, al no comunicarnos, por envidia, por ansia de poder o por falta de un servicio humilde, vividamos el cuerpo de Cristo peor de como lo hacen los "malitos". Pues la Iglesia es cuerpo de Cristo, mistico, pero somos su cuerpo y Cristo es la cabeza.
 
Es necesario, queridos hermanos y hermanas, que cambiemos de actitud, no esperemos que cambie el hermano que esta de nuestro lado, el hermano que nos cae mal, es necesario que cambiemos nosotros mismos, que dejemos a un lado nuestras posiciones egoistas y nos acerquemos al hermano, que dejemos nuestro orgullo y hablemos acertivamente con los hermanos y hermanas con los que compartimos la misma vida de Cristo. Es necesario tamar conciencia de que somos un solo cuerpo, como lo es Dios, "pues hasta el mismo diablo no puede trabajar dividido", y esto no lo digo yo, sino el mismo Jesús.
 
Dice el Papa Francisco que "la parroquia no es una estructura caduca; la parroquia precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas”. Para que siga así el Papa Francisco precisa "que debe seguir en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente". A veces estamos tan metidos en nuestros grupos divididos que no damos el paso a ser una parroquia misionera, nos resistimos a las nuevas formas de trabajar, y decimos: "es que nunca se había hecho así", "es que el padre X no lo hacía así" y no nos abrimos a nuevas formas de anunciar con alegría el Evangelio.
 
Muchas veces vivimos divididos en la Iglesia porque los que formamos los grupos de la Iglesia desarrrollamos lo que el Papa llama la psicología de la tumba, es decir, vivimos como seguidores de Jesús pero estamos y no estamos, esta psicología "que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como «el más preciado de los elixires del demonio»" (Evangelii Gauium 83). Es necesario, hermanos y hermanas, salir de esta psicología y es un reto volver a ser como la Iglesia primitiva, donde todos eran un solo corazón y una sola alma, hay que tomar en cuenta que no es la Iglesia de este u otro sacertode o persona encargada, sino de Cristo.

Hoy, como dice el mismo papa Francisco "sentimos el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación" (Evangelii Guadium 87). Pero este es el camino si queremos salir de estas divisiones, de este desierto que parece nuestro mundo, nuestras diócesis, parroquias, nuestros grupos tienen que ser un punto de encuentro con Jesucristo y no un lugar donde se disputa el poder, se ambiciona estar adelante, ser protagonista, donde el único protagonista es Jesús, Dios que es uno y trino.
 
¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora! y trabajemos unidos contruyendo el Reino de Dios aqui en la tierra.
 
Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.


 
 


martes, 21 de enero de 2014

Homilía del 2° Domingo del Tiempo Ordinario.

Del Santo Evangelio según san Juan: 1, 29-34.

Al día siguiente Juan vio acercarse a Jesús y dijo:
—Ahí está el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. De él yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más importante que yo, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero vine a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel.


Juan dio este testimonio:
—Contemplé al Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma y se posaba sobre él. Yo no lo conocía; pero el que me envió a bautizar me había dicho: Aquél sobre el que veas bajar y posarse el Espíritu es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Yo lo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios.

***********************************************

¿Cómo es nuestro testimonio?

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

Este 2do. Domingo del Tiempo Ordinario, el Evangelio vuelve hacer referencia al bautismo, solo que ahora da un nuevo elemento, Juan el Bautista no solo bautiza a Jesús, sino que da testimonio de Él. también nosotros como bautizados, ¿qué testimonio damos de Jesús?

Hay tantas personas que no creen en Jesús o tienen mala percepción de la Iglesia, o creen pero no de una forma madura y responsable, piensan que los sacerdotes hacen mal algunas cosas y se retiran de Dios, por un mal testimonio de algún agente de pastoral se alejan del que es la razón de nuestra vida. A veces tienen razón, pues tomamos nuestra relación con Dios de forma superficial, vemos la Iglesia como un negocio, por desgracia algunos sacerdotes ven la parroquia o la diócesis como un negocio, parece que nos importa más lo que entra de dinero, que los que aceptan a Jesús, que los que se confiesan. También somos muy legalistas, cuadrados en nuestra fe, condenamos fácilmente en lugar de acoger con ternura y caridad a los hermanos que fallan, como si no falláramos también nosotros. Cuanto necesitamos de un testimonio creíble de amor, del amor de Dios, de la paciencia de Dios.

Hermanos y hermanas, ser bautizados no es solo un adorno, no es algo que tengamos que cumplir, es una gracia que recibimos de Dios, de su Hijo, es la gracia de ser testigos suyos en el mundo, un mundo cada vez más sin amor, sin paciencia, sin solidaridad, con más egoísmo y superficialidad. Nosotros tenemos que dar un testimonio de Jesús, un testimonio en la vida diaria, en la vida cotidiana, en nuestras relaciones, actitudes, palabras. Seamos como los vitrales que están en los templos que dejan pasar la luz del sol para iluminar a los que están dentro, dejemos pasar por nuestros ser, por nuestra vida la luz de Cristo para alumbrar a los demás. Recordemos que somos instrumentos de Dios, por el bautismo, y si ese instrumento no toca bien podemos alejar a los que se acercan de corazón a Dios. Si somos sus instrumentos de amor, entonces el mundo conocerá que Dios es amor, no tengamos miedo de testimoniar a Jesús.

Cuantos hermanos y hermanas viven sin Dios, por nuestro mal ejemplo, no busquemos honores, reconocimiento, poder, sino servir con gran humildad a los que nos necesitan, a los que necesitan el amor de Dios en sus vidas, visitemos a los enfermos del cuerpo y del alma, escuchemos a los hijos y entre los esposos, animemos a los que veamos decaídos. Anunciar a Jesús, dar testimonio de él a los hermanos es tarea de todos los que somos bautizados.

En este segundo domingo ordinario meditemos, ¿cómo es nuestros testimonio de cristianos?, los hermanos y hermanas al vernos ¿quieren acercarse o alejarse de Dios?. Ciertamente que hay muchos bautizados que dan un testimonio creíble, pero animémonos también nosotros.

¡Feliz domingo!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.



domingo, 12 de enero de 2014

Homilía del BAUTISMO DEL SEÑOR.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34-38.

Pedro tomó la palabra:

—Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas sino que, acepta a quien lo respeta y practica la justicia, de cualquier nación que sea. Él comunicó su palabra a los israelitas y anuncia la Buena Noticia de la paz por medio de Jesús, el Mesías, que es Señor de todos.



Ustedes ya conocen lo sucedido por toda la Judea, empezando por Galilea, a partir del bautismo que predicaba Juan. Cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con Espíritu Santo y poder: él pasó haciendo el bien y sanando a los poseídos del Diablo, porque Dios estaba con él.

****************************************

¿Por qué Jesús tuvo que ser bautizado?

¡Hermanos y hermanas, el Señor les de la Paz!

Estamos iniciado, con esta fiesta del BAUTISMO DEL SEÑOR, otra etapa de reflexión personal y comunitaria en la Iglesia (asamblea de Dios), pues iniciamos con el TIEMPO ORDINARIO, que es un tiempo en el que profundizamos en los gestos, palabras y acciones del mismo Jesús para realizarlas nosotros, que decimos ser sus seguidores, sus discípulos, sus misioneros. Pero realiazándolas no de manera robótica o como copias de Jesús, sino con la esencia y distinción de cada uno, como es, con sus peculiaridades.

Sé que la pregunta que todos se están haciendo es la que puse como titulo, y es sobre esto que baso mi reflexión y sobre el detalle de los Hechos de los Apóstoles donde Pedro testifica que la salvación (que se inicia con el BAUTISMO) es para todos.

Es cierto que Jesús no necesitaba el Bautismo, porque quien es bautizado o el que es bañado por el agua, están limpiándolo de algo o tiene la actitud de que quiere cambiar su vida, quiere limpiarse de sus malos hábitos. Pero Jesús, el Señor, ni tenia malos hábitos, excepto los hábitos que tenía puestos porque era pobre, ni tenía malicia ni pecado, y surge la pregunta: entonces ¿porque fue bautizado? De hecho cuando Jesús llega con Juan, el no quiere hacerlo, le dice que "es él que debe ser bautizado por el Señor", pero Jesús le manda cumplir. Aquí esta la clave de la respuesta.

Jesús es Bautizado porque el quiere, no lo necesitaba, pero el quiere hacerlo. Ahora hay otra pregunta ¿Para que?, sin duda que para nosotros, para nuestro bien. Dice un padre de la Iglesia -creo que es San Máximo de Turín- que con el Bautismo del Señor las aguas con que todos serían bautizados (presentes y futuros) quedaron benditas, de hecho cuando en el rito del bautismo o en la Noche Santa de la Vigilia Pascual, bendecimos el agua con la que serán bautizadas las personas es la gracia de Dios, su bendición que baja, incluso el Cirio Pascual (en la Vigilia) es sumergido en el agua, como signo de que Jesús (la gracia personificada de Dios) baja para bendecirnos.

Y este bautismo es para todos, Jesús recibe a todos, a todos nos ama con entrañable amor de Padre y Madre, nos espera, nos busca, nos encuentra. El bautismo es para cada uno de nosotros el inicio del camino, un camino que ahora parece que esta lleno de maleza, lleno de monte, de arbustos espinosos, porque casi nadie quiere transitar por el camino de la vida cristiana; algunos de los que han caminado por allí nos alientan para seguir a Cristo, a seguir ese camino de amor; otros que han caminado parece que con sus obras han puesto más obstáculo para que otros lo transiten. ¿Somos animo o obstáculo para los hermanos que inician caminando en la vida cristiana? Cada uno sabe.

Quiero terminar esta reflexión, del Bautismo del Señor, con Máximo de Turín, pues me parece preciosa esta comparación de la NAVIDAD, que terminamos y BAUTISMO, que hoy celebramos:

"El día de Navidad nació para los hombres, hoy renace por los sagrados misterios; entonces fue dado a luz por la Virgen, hoy es engendrado por obra de unos signos celestiales. Al nacer según la naturaleza humana, su madre María lo abrazó en su seno; ahora, al ser engendrado místicamente, es como si Dios Padre lo abrazara afectuosamente con aquella voz: Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo. María mece suavemente al recién nacido en sus rodillas, el Padre atestigua con su voz su afecto para con su Hijo; la madre lo ofrece a los magos para que lo adoren, el Padre lo da a conocer a todos los hombres para que le rindan culto."

¡¡¡¡Sea alabado Jesucristo!!!! 

¡¡¡¡Buen Domingo!!!!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.



domingo, 5 de enero de 2014

Homilía de la EPIFANÍA DEL SEÑOR

De la Carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6

Supongo que están informados de la gracia de Dios que me ha sido dispensada para provecho de ustedes. Fue por medio de una revelación cómo se me dio a conocer el misterio, tal como acabo de explicárselo brevemente. Este misterio no se dio a conocer a los hombres en las generaciones pasadas; sin embargo ahora se ha revelado a sus santos apóstoles y profetas inspirados. Y consiste en esto: que por medio de la Buena Noticia los paganos comparten la herencia y las promesas de Cristo Jesús, y son miembros del mismo cuerpo.


************************************

Jesús se manifiesta, 
y viene para salvarnos a todos.

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

Hoy celebramos la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación de Jesús ante los pueblos. Cuando llegan los reyes a adorar al niño es como si toda la humanidad, como si todos los pueblos adoran a Jesús hecho hombre, hecho carne por nuestro amor. Dios se manifiesta, se da a conocer por medio de su Hijo amado, como dirá el Padre en el Bautismo, se manifiesta en los signos que Jesús hace, y el primero es en las bodas de Cana. 

Algunos estudiosos dicen que en lugar de una manifestación o epifanía, Jesús tuvo tres epifanías, la primera el día en que los reyes vienen a adorarlo, la segunda cuando es bautizado por Juan en el Jordán y la tercera en las bodas de Cana, así pues Dios nos da varias oportunidades de poder reconocerlo, pero tenemos que tener los sentidos bien dispuestos para poder reconocer sus manifestaciones.

En este texto san Pablo dice que se le revelo un misterio, y que este misterio es que Jesús viene para salvación de todos, nadie se queda excluido de la salvación del Dios humanado. No se manifiesta a unos cuantos, o a los más santos, o a los elegidos, se manifiesta a todos y nos salva a todos. Es interesante que Jesús se manifieste primero a los pastores, gente pobre, humilde, y despues a los magos, es signo nos hace ver que Jesús viene para todos pero pone en primer lugar a los pobres, a los humildes, como dice el canto de María (Magnificat).

En el tiempo de Pablo, como en el de hoy, se pensaba que la salvación era solo para los elegidos, para los que pertenecen a un pueblo, a un grupo, pero no es así, dice san Pablo: "la salvación es para todos". Como grupos de Iglesia también pensamos esto, pensamos que somos los elegidos de Dios, que somos sus predilectos, que somos los santos, pero en realidad todos somos sus elegidos, sus predilectos, todos estamos llamados a la santidad. La salvación de Dios viene para todos, Jesús (Dios salva) viene para todos. Por eso decimos en el salmo de hoy, "que te adoren, Señor, todos los pueblos", porque Jesús viene para todos los pueblos, para todos los hombre que quieran aceptarlo como su salvador.

Anunciemos esta buena noticia de salvación, anunciemos esta verdad de que viene para todos, aún para los que no se creen dignos de Dios, para los que no quieren saber nada de Dios, los que están desanimados en la vida, lo que han perdido esperanza, lo que han perdido la fe. Pero anunciemos esto, con nuestra propia vida, aceptando a todos por igual, aceptando que somos diferentes y cada uno es una riqueza para los demás, y si es necesario también anunciemos esto con palabras, hablando por los que no tienen voz, ayudando a los que son marginados por esta sociedad materialista y consumista.

Es necesario ser cristianos, laicos, religiosos, sacerdotes y obispos valientes para anunciar que Jesús viene para todos, aceptando a todos, compadeciéndose de todos, hacen falta seguidores de Jesús valientes que desborden de ternura para con el pecador, que desborden de misericordia con el que viene arrepentido, que sean compasivos como el Maestro, que amen como el Maestro, que sirvan como el Rey de los reyes que no tiene otro poder que servir a los demás.

¡¡¡Sea alabado Jesucristo!!!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.