domingo, 20 de noviembre de 2016

Solemnidad de JESÚS, REY DEL UNIVERSO.



¡REY QUE INCOMODA!

Hola hermanos y hermanas.

Hoy terminamos el año litúrgico festejando a Jesús, Rey del Universo, pero reflexionemos que no es cual quier rey. Es un rey de justicia, de amor y de paz, que nos incomoda con su forma de ser a los seres humanos hambrientos de fama, poder, dinero o placer.

Jesús es un verdadero Rey porque en lugar de un TRONO tuvo una Cruz desde que sirvió y dió una de las lecciones más grandes: "seguir amando a pesar de no ser correspondido". Desde este trono incomoda a muchos que se creen dueños y señores del mundo, del dinero, que piensan que lo pueden utilizar como quieran a costa del empobrecimiento de los pobres, nos incomoda a nosotros simples cristianos que solo nos sentamos en las bancas de las iglesias para calmar nuestras conciencias o para decir "ya cumplí". Incomoda a tantos eclesiásticos que viven una vida de ricos sin ayudar a los pobres. Que fuerte sonaría nuestro grito: "VIVA CRISTO REY", si hiciéramos el bien a todos, si las riquezas las aprovecharamos todos, que los que tienen el poder terreno lo utilizaran para servir de verdad a todos.

Nuestro Rey esta CORONADO DE ESPINAS, mientras muchos nos afanamos por recibir la corona, las adulaciones, las flores de los que no reconocen a Dios como PRINCIPIO Y FUNDAMENTO de todo -como dice la segunda lectura- aun de aquello que el egoísmo humano quita a la gloria de Dios. Incomoda Jesús a aquellos que viven en la seguridad pasajera de el bienestar, de lo provisorio, abanderado con la frase celebre de telerisa: "ya es viernes y el cuerpo lo sabe". Incomoda a aquellos que busca solo aparecer pero no hacen nada, por aquellos que siempre critican pero no son coherentes. Que fuerte sonaría nuestro grito: "VIVA CRISTO REY" si hiciéramos, con humildad y sin fanfarreas, lo que hemos venido a este mundo, HA HACER EL BIEN.

Y en lugar de CETRO le dimos CLAVOS. Clavos para clavar al que siempre nos han incomodado con su forma de ser en siglos y siglos, para clavar a Este que han seguido tantos y tantos justos en la historia, santos que no se ven, santos que no son canonizados, pero que fueron reconocidos por que llevaron en sus manos las marcas del crucificado, por que hicieron obras buenas como dar de comer al que no tiene, vestir al desnudo, dar de beber al sediento de amor, pues cuando nos disponemos a amar quedan marcas del sufrimiento. Así como le queda a una madre la cicatriz de la cesárea, asi le quedo las cicatriz al SEÑOR DE LA GLORIA por ganarnos el cielo por amor. Que incomodo saber que a pesar de las injurias, apesar de los insultos que le propinamos a Dios, a Jesús, el sigue diciendo "perdonalos porque no saben lo que hacen", que incomodo saber que su amor es tan grande que aun clavado y sin nada nos diga: "hoy estarás conmigo en el paraíso".

Queridos hermanos somos todos los bautizados hermanos del REY JUSTO, DEL REY DE AMOR, DEL REY PAZ, y como somos hermanos también nosotros, y no solo los que en el Vaticano se visten de rojo, somos príncipes de su REINO. Vivamos como verdaderos príncipes en las pequeñas obras, hagamos el bien, incomodemos a los que nos hacen mal haciéndoles el bien, no respondamos con violencia a quien nos ataca con sadismo. Seamos constructores valerosos de la paz, sufriendo con paciencia y por amor, pero sobre todo "aprendamos que Él es manso y humilde de corazón". 

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

miércoles, 6 de julio de 2016

JESUFICACIÓN DEL MUNDO- Homilía del XV Domingo del Tiempo Ordinario.

De la carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses. 1, 15-20.

Él es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda la creación,
porque por él fue creado todo,
en el cielo y en la tierra:
lo visible y lo invisible,
majestades, señoríos,
autoridades y potestades.
Todo fue creado por él y para él,
él es anterior a todo
y todo se mantiene en él.
Él es la cabeza del cuerpo, es decir, de la Iglesia.
Él es el principio,
el primogénito de los muertos,
para ser en todo el primero.
En él decidió Dios que residiera la plenitud;
por medio de él quiso reconciliar consigo todo lo que existe,
restableciendo la paz por la sangre de la cruz
tanto entre las criaturas de la tierra como en las del cielo.


JESUFICACIÓN DEL MUNDO.

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

Hace unos días en su 65 aniversario de sacerdote el papa emérito Benedicto, pronuncio una frase que me impacto, habló de la acción de gracias que era una alusión obligada por su aniversario y habló de la TRANSUBSTANCIACIÓN DEL MUNDO, en relación con lo que pasa en la EUCARISTÍA que el pan y el vino se transforman en el CUERPO Y SANGRE DE JESUS, a esto se le llama TRANSUBSTANCIACIÓN.
 
Básicamente esta palabra dominguera, y que hasta el papa emérito le consto pronunciar, significa TRANFORMAR, transformarnos cada uno, transformar el mundo, transformar todo según el plan original de Dios. No según lo que pensamos como Iglesia, sino según Dios, y para hacer esto tenemos que discernir que es lo que Dios quiso desde siempre y ahora. y podemos discernir por medio de la oración, por medio de su Palabra, por la biblia abierta que es la creación.
 
Y para transformar el mundo se necesita "una poca de gracia" y esta es la disponibilidad personal de ser un agente positivo, un agente de paz, un agente disponible y simple para vivir plenamente la vida y más allá de la vida que le pertenece y es cabeza JESUS. Si hermanos la disponibilidad para ser instrumento de la vida, de la verdad, del camino que es JESUCRISTO es importante para TRANSFORMAR, para CRISTIFICAR O JESUFICAR todo en el mundo. Cuando no somos agentes los que más sufren son los más vulnerables, todos sufrimos, incluso nosotros, pero los pobres sufren más. No es casualidad que hoy se este dando una catástrofe en el ámbito ambiental, por causa de la irresponsabilidad de todos, todo lo contaminamos con basura y deshechos, pero también contaminamos con los malos sentimientos, con las represiones de los mismos, con los traumas de cada uno.
 
Así como hay tanta contaminación de deshechos materiales, hay tanta contaminación de sentimientos negativos, de tantos odios y rencores, por no saber manejar nuestros sentimientos positivamente. Cuanta contaminación hay en la Iglesia, hablando de la afectividad, hablando de la moral, hablando de cosas que imprimen una carga represiva como muchos sistemas actuales. Me explico, la gente piensa que los pecados sexuales son los más graves, y los pastores también tenemos esto como primacía cuando en la confesión regañamos a los penitentes o ponemos énfasis en estos pecados. Pero son más graves lo pecados que van contra el prójimo, como vemos en el Evangelio de hoy, no visitar a los padres ancianos, ser mal agradecidos con ellos esto constituye un grave pecado, no ayudar a quien puedes ayudar esto es más grave, destruir la fama de un hermano con el chisme o injurias es más grave.
 
Todos tenemos que transformarnos más a la forma de JESUS, pero la transformación se hará desde dentro, pues muchos sectores en la Iglesia no se piensa o se actúa según Cristo. Jesús era una persona profundamente humana, ASI QUE SI DECIR "JESUFICAR EL MUNDO" es lo mismo decir: HUMANIZAR CON LA HUMANIDAD DE JESÚS AL MUNDO. Pero esto se hace primero en primera persona, es decir, cada uno, teniendo disponibilidad para reaprender, aprender de todo, respetando todo, no creyéndose dueño, no creyéndose más que lo demás, sino parte, CUANDO NOS SITUAMOS COMO PARTE, el cambio de cada parte, de cada persona hará un cambio profundo, un cambio humanizado. No nos creamos santos, sino es como parte del todo donde somos santos porque la CABEZA ES SANTA, no nos creamos humanistas cuando NO somos parte de la HUMANIDAD PLENA (JESUS), somos parte de un todo en plenitud y esta PLENITUD LA TIENE UNA PERSONA: DIOS.

¡Buen domingo!



domingo, 15 de mayo de 2016

Homilía - EL LENGUAJE DE DIOS- Domingo de Péntecostes.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2,1-11:

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.

Enormemente sorprendidos, preguntaban: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.»

EL LENGUAJE DE DIOS.

Hola, queridos hermanos y hermanas, paz y bien.

Hoy en que celebramos el nacimiento de la Iglesia quiero decirles, FELICIDADES a todos los que somos bautizados, a los que formamos la Iglesia, los que construyen y reconstruyen la Iglesia con su testimonio de amor, con su fe sencilla, a todos las Iglesias más desfavorecidas del planeta, como las Iglesias perseguidas o emigrantes, a las Iglesias pobres y sencillas de las sierras.

Las lecturas de hoy se refieren al acontecimiento fundante del cristianismo, y en particular esta lectura de los Hechos de los Apóstoles, se refiere al entendimiento que hay cuando hablamos todos la misma lengua. El texto dice que se posaron sobre los apóstoles una lenguas como de fuego y cuando empezaron a hablar el mensaje de Dios todos comprendían, en contraposición con el texto del antiguo testamento sobre Babel cuando nadie entendía pues Dios confundió a todos porque se obstinaron en su egoísmo. Ahora es diferente, todos se entienden porque hablan la misma lengua, la legua del amor, el idioma de Dios. 

Si queridos hermanos y hermanas, el idioma de Dios, su lengua es el amor, por eso aunque hablamos diferentes idiomas en el mundo, todos entendemos un signo de amor, como una caricia, una sonrisa, una favor de un extraño, una buena obra a algún huérfano o en alguien en dificultad. Por eso no se puede entender en la Iglesia, en la comunidad de Dios, que un padre trate mal a la gente, que una secretaria sea déspota, que una catequista sea altanera, que un servidor sea un desgraciado, pues estas cosas, estas debilidades humanas no hablan del amor de Dios, no hablamos el idioma de Dios cuando tenemos estas actitudes.

Por eso tenemos que pedir a Jesús que nos siga mandando al Espíritu Santo, que si lo recibimos en el bautismo y en la confirmación, se nos note en cosas muy puntuales como es los gestos de amor. Cuanto nos hace falta este lenguaje en nuestro mundo actual, en nuestros grupos de parroquias o de fraternidades y comunidades religiosas, asoladas por la violencia, la intolerancia o la provocación. Vamos en el trafico de nuestras ciudades y vamos diciendo tantas cosas que no hablan el lenguaje de Dios, en lugar de bendecir a todos, vamos en el autobús y lo único que encontramos son caras y sentimientos frustrados por falta de amor, por falta de una palabra amable.

No nos cansemos de amar, pues cuando más amomos más felices somos. No somos como las pilas de los celulares o como los acumuladores de los coches, que se usan por un tiempo de vida y después se desechan. Nosotros somos personas destinadas y animadas por el amor, de tal forma que nuestra vocación, nuestro llamado principal es amar. Y este amor entre más se practica, entre más se prodiga hace mejor no solo a la persona que lo recibe, sino principalmente al que lo da, así como el odio hace más mal a la persona que lo siente que a la persona que se odia.

Hablemos, hermanos y hermanas, la lengua de Dios, este idioma que nos une y entonces todos creerán, entonces no habrá necesidad de que crean a la fuerza o que se tenga una fe solo por costumbre, convirtámonos con la fuerza del Espíritu Santo los que hemos conocido las grandezas de Dios y caminemos con el poder del amor de Dios (con el Espíritu Santo, que es amor). Esta es la Evangelización nueva que necesita el mundo, la Evangelización con entrañas, con corazón, con ternura.

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.


domingo, 8 de mayo de 2016

Homilía -ASCENDER CON JESÚS- la Ascensión del Señor.

Del libro de los Hechos de los apóstoles: 1,1-11.


En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los apóstoles, que había escogido, movido por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo. Se les presentó después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del reino de Dios. 
Una vez que comían juntos, les recomendó: «No os alejéis de Jerusalén; aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo.» 

Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. 

Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»

ASCENDER CON JESÚS.

Hola queridos amigos y hermanos.

Cuando escuchamos que Jesús ascendió al cielo pensamos, comúnmente, que se trata de un lugar geográfico, que Jesús paso de estar aquí y subió allá, pero no es así, se refiere más bien que Jesús cambia de estado, así como cuando cada persona cambia en su vida, cuando cada persona se convierte más humana y mejor persona, también asciende con Jesús.

Lo explicaré mejor con un ejemplo: El otro día visitando un enfermo en una clínica del IMMS, donde todo mundo es atendido muy bien, con excelente calidad y cordialidad, el guardia que esta a la puerta de entrada  a los pisos, no me quiso dejar entrar porque andaba huaraches, pero me lo hizo saber de una forma bien chida (estoy siendo sarcástico de nuevo), con decirles que se puso tan esplendido que tuvimos que ir a la tía política, de la mama, de la jefa de las trabajadoras sociales, para pedir un permiso y yo rezando para que el enfermo no se nos muriera. Pero en eso vi que una señora con huaraches la dejo pasar el guardia sin ningún problema y entonces me acerque de nuevo y le pregunte que porque a ella si la dejo entrar con huaraches y a mi no, es más le dije que si quería le ponía piedras y brillantinas a mis huaraches para que se parecieran a los de la señora, y así como están sonriendo ustedes me respondió pásele padre, y pensé no son mala onda, sino que están malhumorados o estresados con tanto trabajo que tienen, de estar trague y trague todo el día, de estar sentados día y noche.

Si hermanos y hermanas cada vez que tratamos a los demás con más cordialidad, con más humanidad, con más amor, es como si ascendiéramos con Jesús, cuando trabajamos por nuestra persona ascendemos con Jesús, cuanto le hace falta al mundo ascender con Jesús. Pues el cielo, puede empezar aquí, porque no es un lugar geográfico, sino como dije, un estado. Por eso para ascender se necesita que quitemos cosas, pues algo con cosas pesadas no puede subir.

No se si se acuerdan del asensor del Botija, en el Hotel de don Lucho, de los programas de CHESPIRITO; ese ascensor no subía si el Botija estaba dentro, por el peso, así le pasa a nuestra persona, si no le quitamos kilos de lonja espiritual no asciende, ¿y que son estas lonjas espirituales? pues las envidias, el orgullo, la altanería, el poder para oprimir, lo negativo, los desánimos, etc. Tengamos la valentía de hacer nuestro mundo mejor, de hacer y vivir nuestro cielo desde ya, no nos quedemos mirando al cielo, no pensemos o posterguemos nuestro cambio para el final, si todos supiéramos que nuestro cielo será como vivimos nuestra vida hoy. Veamos a Jesús, encontremos a Dios en los acontecimientos de la vida, en las personas, en los pobres, construyamos un mundo mejor empesando por nosotros. 

Buen domingo, paz y bien.

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.






domingo, 1 de mayo de 2016

Homilía - LA CIUDAD, EL TEMPLO DE DIOS - 6to. Domingo de Pascua.

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 21, 10-14. 22-23.


Me trasladó en éxtasis a una montaña grande y elevada y me mostró la Ciudad Santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, de Dios, resplandeciente con la gloria de Dios. Brillaba como piedra preciosa, como jaspe cristalino.


Tenía una muralla grande y alta, con doce puertas y doce ángeles en las puertas, y grabados [los nombres] de las doce tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, a occidente tres puertas. La muralla de la ciudad tiene doce piedras de cimiento, que llevan los nombres de los doce apóstoles del Cordero. 

No vi en ella templo alguno, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. La ciudad no necesita que la ilumine el sol ni la luna, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero.


LA CIUDAD, EL TEMPLO DE DIOS.

Como siempre he dicho el libro del apocalipsis o de las revelaciones es fascinante, que muchos han interpretado de forma injusta con profecías contemporáneas, pero lo cierto es que podemos hacer muchas interpretaciones, sin embargo la única que vale es situarnos en el contexto.

En el tiempo de Juan, el apóstol, había persecución de los cristianos, muchos murieron por sus convicciones, por su fe, al final del libro; después de los mensajes a las iglesias, de los sellos, de la mujer y el dragón, de las bestias, del 666, del armagedon, etc; viene esta parte de visiones que son como reconstrucción de todo lo que que se ha destruido en la lucha entre el bien y el mal, que es la lucha casi de todos los pasajes que he mencionado. ¡Se necesitan muchos reconstructores hoy en día! y cada bautizado debería ser un reconstructor en ambientes donde parece que no hay futuro, que no hay esperanza.

Ahora la visión de Juan se encarga de reconstruir lo destruido, recuperar la esperanza de la desesperanza después de una guerra, ayudar a recuperar la fe del insipiente pueblo que sigue a Jesucristo, y lo hace y lo mira todo nuevo, algo así como Jesús hizo todo nuevo con su vida, muerte y resurrección. Analicemos la visión.

"...montaña grande y elevada", esta expresión significaría que Juan estaba en oración, un encuentro con el Absoluto, con Dios, por eso cuando nos encontramos con Dios, cuando subimos a la "montaña grande y elevada" es cuando podemos ver mejor las realidades de la vida. Realidades buenas y malas (moral), dificiles y placenteras, cualquier tipo de realidad se ve mejor cuando uno esta arriba, cuando uno hace oración. 



Después dice se le "mostró la Ciudad Santa, Jerusalén, que bajaba del cielo resplandeciente", parece que quisiera decir que es una ciudad endiosada, llena de Dios, una ciudad que resplandece por las obras, por el amor, porque se deja llevar por el Espíritu Santo, en una ciudad donde resuena la voz de Jesús "la paz les dejo, mi paz les doy, no como la da el mundo". Cuanto nos hace falta una ciudad llena de Dios, que en sus entrañas no haya trata de personas, que no haya prostitución obligada, ciudades injustas que toman a los jóvenes como carne de cañón para intereses mezquinos, ciudades modernas en respetar los derechos humanos, ciudades "avanzadas" que respeten las creencias de las minorías y que las minorías respeten al colectivo, ciudades que ayuden al campo y al ambiente, no contaminando; pues aveces nuestras ciudades parecen el infierno, con tanta contaminación, con tantos sin techo, sin comida, tantos "muertos vivos".

"Tenia una muralla grande y alta" describe el visionario, esto significa que Dios es quien abraza la ciudad santa, la protege, la ayuda a caminar. Cuantas veces nos sentimos desprotegidos en nuestras ciudades, cuanta violencia en nuestras ciudades que nos hace dudar unos de otros, cuantas cosas raras o dificiles pasan en nuestras ciudades que nos desaniman, pero siempre recordemos que Dios esta con nosotros, que Dios esta en la ciudad, en nuestras ciudades protegiéndolas, acompañándonos por medio de esa figura del Apocalipsis, que abraza nuestra ciudad como si las murallas fueran sus brazos.

Esa muralla tenia "...doce puertas y doce ángeles en las puertas", según el apóstol; esto significaría que todos podrían entrar y los ángeles (mensajeros de Dios) serían los que facilitan, los que dan la bienvenida a la ciudad endiosada. Pero cuantas veces nosotros que también somos mensajeros de Dios nos hemos sentido dueños de las puertas, y más, nos hemos sentido dueños de la ciudad, incluso en la Iglesia algunos piensan que solo un monto de "justos", de "santos" son los que pueden entrar; como decía Jesús a los fariseos, aveces no entramos y no dejamos entrar. Que la muralla tuviera puertas significa no fue hecha para dividir, no es para encerrarse, pues la muralla es buena cuando tiene puertas, es decir, todos caben en la ciudad; en cambio un muro que quiera dividir, que quiera parar la comunicación de dos pueblos no sirve. Hoy existen muros ideológicos, muros de racismo en nuestras ciudades, en nuestras naciones.

Otra cosa ilustrativa es que la muralla tenia "doce piedras de cimientos", esto significa que los apóstoles de Jesús tendían que ser los cimientos de la protección de las ciudades, cuantos apóstoles heroicos han defendido, a lo largo de la historia, las ciudades, han ayudado a las ciudades a salir de las injusticias, recordamos por ejemplo cuando Antonio (fraile franciscano) saco a Padua de las manos de los usureros, de la mano de la aristocracia que oprimía a los más pobres. Cuanto nos hacen falta apostoles de Jesús, esos apostoles cayados que van tejiendo una ciudad justa, una ciudad donde resurja la autentica vida cristiana, esa vida sencilla.

Y por último dice que el "no vio en ella (en la ciudad) ningún templo", esto significaría aquello que Jesús le dice a la Samaritana, "mujer, llegaran tiempos en que se adorara a Dios en espíritu y en verdad"; es decir, en una ciudad llena de Dios no se necesita que hayan templos donde se reúnan los fieles a Dios, si toda la ciudad es justa no se necesita más que un árbol que de buena sombra para que nos reunamos a celebrar a Dios a Jesús que es el Cordero. Cuantas veces las catedrales museos de hoy son monumentos de reyes y obispos que son signo del poderío que ha supuesto la religión para ellos, han convertido las ciudades en monumentos del poderío y no una ciudad donde habite Dios. Por eso el Papa Francisco, hoy, nos pide que salgamos, que abramos las puertas, que seamos mejor una Iglesia accidentada por salir, que una Iglesia enferma por enserarse en esos templos bonitos, en esas catedrales cómodas.

Si hermanos y hermanas, necesitamos hacer de toda la ciudad el templo de Dios, una ciudad donde viva Dios, una ciudad endiosada, una ciudad cada vez más justa. Por eso un católico, un cristiano no debería caer en la corrupción, no debe pactar con los faraones modernos, tendíamos que ser tan libres como Jesús el Cordero y como los primeros cristianos de perder la vida, con tal de construir una ciudad de Dios. 

Dios esta en la ciudad, esta en el campo, esta en la naturaleza, lo envuelve todo, dejémonos que nos envuelvan las palabras de Jesús, hoy en el Evangelio, "la paz les dejo mi paz les doy", pues la paz de Jesús es hacer todo nuevo, todo en armonía y eso es su amor (Espíritu Santo). Dejémonos de conquistas de poder, dejémonos de falsas concepciones de la Iglesia, del mensaje de Jesús y vivamos en hermandad, vivamos en la ciudad de Dios respetando a todos, reconstruyamos la Iglesia en la ciudad, reconstruyamos la fe perdida de la gente sencilla, de la gente letrada que ya no cree en los discurso bonitos y necesita obras, actos, gestos concretos, no seamos ingenuos como Francisco de Asís que cuando le pide el Crucificado de san Damián que "reconstruyera la Iglesia" se puso a levantar un templo en ruinas, pues lo que le pedía Jesús era que reconstruyera la Iglesia empezando por los pobres, por la gente, que esta es la Iglesia y no los templo que llamamos "iglesias".

Fray Juan Gerardo Morga, OFMcap.




sábado, 19 de marzo de 2016

martes, 15 de marzo de 2016

Homilía -AGENTES DE RECONCILIACIÓN O DE CONFRONTACIÓN- IV Domingo de Cuaresma.


En nuestro mundo violento, lleno de injusticias, guerras sin sentido, que estas dispuesto a ser: agente de reconciliación o agente de confrontación; construir muros que dividen o puentes que propician el encuentro.

Homilía -LA BOCA HABLA DE LO QUE ESTA LLENO EL CORAZÓN- del I Domingo de Cuaresma.


Cuando hablamos bien, el corazón esta en paz, pero si hablamos mal de alguien o andamos muy negativos, es porque el corazón no anda bien.

Homilía -¿SI JESÚS NO CONDENA, PORQUE NOSOTROS SI?- V Domingo de Cuaresma.


"¡Yo tampoco te condeno, vete y no vuelvas a pecar!" El pecado de la mujer fue perder su dignidad, y dejar que le pisotearan esta dignidad, pero Jesús la libera y le dice que no vuelva a perder o dejarse pisotear la dignidad de persona.

sábado, 20 de febrero de 2016

Homilía -¿ERES UN CRISTIANO ILUMINADO?- II Domingo de Cuaresma.

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,17–4,1

Seguid mi ejemplo, hermanos, y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

¿ERES UN CRISTIANO ILUMINADO O TE CREES LA LUZ?

Paz y bien hermanos y hermanas. Hoy en el segundo domingo de cuaresma Jesús nos hace reflexionar en su Palabra que el es la Luz que ilumina nuestras vidas y que a su vez cada uno puede ser iluminado por la Luz de Jesús cuando anunciamos esta realidad a los demás.

Pero la gran tentación es creerse la Luz o creer que uno tiene luz propia, pero lo cierto es que si somos como las estrellas del cielo, pues somos descendencia de Abraham -según la primera lectura- y las estrellas no tienen luz propia, no iluminan por si solas, es gracias al sol que iluminan o parece que brillan. Somos iluminados por la LUZ-JESÚS y como las estrellas resplandece en nosotros su luz. Un cristiano que se siente iluminado es generoso por encima de leyes, no necesita de reflectores mundanos, no necesita ser el centro de atención, no necesita pelear para obtener el poder, recordemos que estas tentaciones las tuvo Jesús y las tenemos cada uno, era el tema del domingo pasado.

Cuantas veces somos torpes y nos creemos las luz, anunciamos leyes, doctrinas, queremos una perfección en nuestra Iglesia, pero la ley de Dios es el amor, la doctrina tiene un nombre, JESÚS y la perfección se encuentra amando y siendo feliz con la compañía de Jesús. Un cristiano que se siente iluminado por Jesús no solo quiere estar así siempre, sino que quiere que otros sean iluminados.

Por eso es importante lo que dice san Pablo, el ejemplo o el testimonio es resplandor que irradiaba Jesús, no solo en la Transfiguración sino en toda su vida, y es lo que se debe notar en nosotros, dejarnos iluminar por Jesús implica que de repente no nos guste que se iluminen los más secretos íntimos, los pecados más recónditos o que nos avergüenzan, pero tenemos que pasar por esto para llegar a una verdadera conversión, como estamos llamados en esta cuaresma. No tengamos miedo de dejarnos iluminar por Jesús, pues es el único camino para ser un buen misionero, que ilumina con la Luz de Jesús las vidas de los demás. Aún que haya oscuridad: digamos como el salmista "el Señor es mi Luz y mi salvación!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

domingo, 31 de enero de 2016

Homilía - EL AMOR, LA MEDICINA DEL HOSPITAL DE JESÚS (LA IGLESIA) - 4to. Domingo del Tiempo Ordinario.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios: 12, 31-13, 13.

Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más valiosos. Y ahora les indicaré un camino mucho mejor. Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es servicial, [el amor] no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


El amor nunca terminará. Las profecías serán eliminadas, el don de lenguas terminará, el conocimiento será eliminado. Porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto será eliminado.

Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; al hacerme adulto, abandoné las cosas de niño. Ahora vemos como en un mal espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco a medias, después conoceré tan bien como Dios me conoce a mí. Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor.

EL AMOR, LA MEDICINA DEL HOSPITAL DE JESÚS 
(LA IGLESIA)

El papa Francisco, entiende la Iglesia a semejanza de un hospital, donde llegan los enfermos de todo tipo. No podemos decir que nadie esta sano, el médico, el Señor Jesús es el que nos cura y la mejor cura que utiliza es el amor. Los que atienden a los enfermos, los doctores y las enfermeras también pueden enfermarse, de tal forma que todos están enfermos, así es en la Iglesia, todos necesitamos estar curados.

Pero la medicina de Jesús es una sola, es la medicina que el mundo necesita y la comunidad de creyentes (la Iglesia) es la que más necesita pues ella tiene que ser signo de esta medicina. La medicina es el amor. No son los dones que Dios da no son importantes sino son hechos con amor, así que por más que tenga el don de lenguas, el de leer los pecados (como el Padre Pio), si sirvo en la Iglesia pero no tengo amor no es nada. Por eso un doctor que no hace con amor su profesión y lo hace por dinero, no cura de verdad, asi como un sacerdote que no vive su vocación con amor y se preocupa del dinero no cura de verdad con esa medicina.

Incluso cuando decimos que hay que evangelizar pensamos que es predicar la Palabra de Dios solo con palabras, pero en realidad EVANGELIZAR ES AMAR. Si en el catecismo enseñaran a amar, si en la escuela enseñaran a amar, si en la familia enseñaran a amar otro mundo seria posible y las cosas estuvieran mejor. Pero si evangelizar es amar tenemos que entender que es amar, por ejemplo: en el Evangelio de este domingo Jesús llega a su tierra y predica en su tierra pero sus paisanos no lo reciben, de hecho cuando alguien importante nace en un pueblo, el pueblo vive de la fama de la persona importante, pero de lo que se trata es que si es una persona importante hay que ser un pueblo mejor, si Jesús nació en su pueblo el pueblo debe de ser liberador, sanador, pues el médico nació en ese pueblo. 

A veces pensamos que si nuestros padres nos regañan o nos corrigen no nos quieren, pensamos que si nuestro maestro y maestra les deja mucha tarea a los niños no los quiere, pero si el papa o la mama es pasalon o el maestro no les pone atención por estar con su celular entonces el papa y el maestro es "bien bueno". Nuestro concepto de amor esta medio distorsionado, al contrario de lo que nos dice el mundo, quien te llama la atención es por que le interesas, y tener interés es amor, cuando alguien te escucha te quiere, cuando alguien te da un tiempo o pasa tiempo contigo te ama, quien te hace responsable te ama. Evangelizar es amar y hay que amar, hay que corregir, preparar bien lo que damos en el catecismo, en la misa, pues amar es interesarse por los otros.

Queridos hermanos y hermanas, evangelicen desde su casa a sus hijos con gestos de verdadero amor, con actitudes de amor, para que sean personas de bien, buenos hijos y cristianos, pues los primeros catequistas son los padres. No es necesario que les enseñen la doctrina, los rezos, formulas, sino que les den testimonio de amor, aunque se peleen los papas se reconcilian, aunque hay diferencias se ponen de acuerdo. No perdamos el tiempo con los hijos pues lo que sembremos ahora eso cosecharemos.


Fray Juan Gerardo Morga. OFMCap. 


sábado, 23 de enero de 2016

Homilía - LA IGLESIA COMO UN CUERPO - del 3er. Domingo del Tiempo Ordinario.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios: 12,12-30.

 12,12: Como el cuerpo, que siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo.
 
 12,13: Todos nosotros, judíos o griegos, esclavos o libres, nos hemos bautizado en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo, y hemos bebido un solo Espíritu.
 
 12,14: El cuerpo no está compuesto de un miembro, sino de muchos. 12,15: Si el pie dijera: Como no soy mano, no pertenezco al cuerpo, no por ello dejaría de pertenecer al cuerpo.12,16: Si el oído dijera: Como no soy ojo, no pertenezco al cuerpo, no por ello dejaría de pertenecer al cuerpo.
 
 12,17: Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo oiría?; si todo fuera oído, ¿cómo olería? 12,18: Dios ha dispuesto los miembros en el cuerpo, cada uno como ha querido. 12,19: Si todo fuera un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
 
 12,20: Ahora bien, los miembros son muchos, el cuerpo es uno. 12,21: No puede el ojo decir a la mano: No te necesito; ni la cabeza a los pies: No los necesito.
 
 12,22: Más aún, los miembros del cuerpo que se consideran más débiles son indispensables, 12,23: y a los que consideramos menos nobles los rodeamos de más honor. Las partes menos presentables las tratamos con más decencia; 12,24: ya que las otras no lo necesitan.
   Dios organizó el cuerpo dando más honor al que menos valía,
 12,25: de modo que no hubiera división en el cuerpo y todos los miembros se interesaran por igual unos por otros.12,26: Si un miembro sufre, sufren con él todos los miembros; si un miembro es honrado, se alegran con él todos los miembros.
 
 12,27: Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese cuerpo.12,28: Dios ha querido que en la Iglesia haya en primer lugar apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros, luego vienen los que han recibido el don de hacer milagros, después el don de sanaciones, el don de socorrer a los necesitados, el de gobierno, y el don de lenguas diversas.
 
 12,29: ¿Son todos apóstoles?, ¿son todos profetas?, ¿son todos maestros?, ¿todos hacen milagros?, 12,30: ¿tienen todos el don de sanar?, ¿hablan todos lenguas desconocidas?, ¿son todos intérpretes?

La Iglesia como un CUERPO.

A lo largo de muchos siglos se ha concebido a la Iglesia semejante a un cuerpo humano, y es muy buena la comparación o la analogía, pero se nos ha olvidado que no somos semejantes a cualquier cuerpo humano, sino al de Jesús que es humano y divino. Así la Iglesia, como institución y como comunidad de hermanos, esta llamada a ser CUERPO DE CRISTO, es decir, a conjugar las realidades humanas y divinas, no dividiéndolas en dos sino concibiéndolas como sagradas las dos. Pero tenemos que tener claro cuando hablamos de un cuerpo varias cosas.

Así como el cuerpo humano por si mismo no es un solo órgano, tampoco cuando hablamos de la Iglesia podemos concebirla como un solo órgano, es una realidad, una institución, pero sobre todo una comunidad de creyentes los cuales son como órganos que componen todo el cuerpo, así que no podemos decir que solo los sacerdotes, obispos o el papa son miembros, sino sobre todo los que creemos en Jesús. Todos somos miembros y cada miembro es distinto y esa plúriformidad, esa distinción hace rico al cuerpo, así como físicamente cada órgano, cada característica del cuerpo lo hace bello. Por eso cuando criticamos a la Iglesia, nunca podemos decir que toda la Iglesia es corrupta, esclavizante, retrograda, cerrada, opio del pueblo, amansa conciencias, pues estas características o esto que encontramos en algunos miembros u órganos de la Iglesia no puede definir todo el cuerpo. Tenemos que reconocer que esto existe, pero no podemos generalizar, pues hay muchos miembros (órganos) que embellecen el ¡CUERPO DE CRISTO QUE ES LA IGLESIA! Muchos, sobre todo en el Vaticano, quisieran una Iglesia que pensara igual, que hiciera todo igual, que no se cuestionara, que todos los miembros fueran una masa de gente con posibilidad de moldearla no en los principios de Jesús, sino de los intereses de unos cuantos, pero esto también puede aplicarse a los pequeños grupos, a las pequeñas comunidades o a las parroquias.

Y como la Iglesia no puede uniformarse con ciertos criterios, ni siquiera por los de Dios, pues Él nos hizo a todos diferentes y a todos con dones, cualidades y potencialidades, se tiende a la exclusión o a la auto-exclusión. Cuando a un hermano o hermano no lo pueden o no se deja meterlo en un molde, en una camisa de fuerza, se le excluye o el mismo hermano o hermana se excluye solo porque no quiere estar en continuo desgaste. Sin embargo tenemos que decir "no al descarte", como dice el papa Francisco, no a excluir o auto-excluirse, pues si Jesús se hubiese excluido por las incomprensiones de los demás no hubiese habido esta buena concepción de ser humano que es grande porque ama, perdona y se realiza a pesar del sufrimiento, del dolor o del fracaso humanamente hablando.

De tal forma que cuando algún hermano o hermana no piensa como yo, no actúa como quisiera yo, no se deja influenciar por mi, cuando parece que no esta de acuerdo conmigo, no hay que excluirlo de mi vida, o decir que no lo necesito, que no es indispensable para mi vida, pues entonces estarás desperdiciando una oportunidad de crecer. También, si alguien no te quiere por ser diferente no te sientas mal y no pienses salir por la puerta de atrás, diciendo "bueno como nadie me comprende me voy", y aveces no es que "nadie te comprenda" sino alguien que a ti te interesa no te comprende, no te entiende, no te quiere, pero es solo una persona.

No midamos con reglas, leyes, parametros meramente humanos, pues en la comunidad de Jesús, en la Iglesia de Jesús los que más importan son los más debiles, a los que se les toma parecer son a los más debiles, a los que se toma en cuenta son a los pobres. Pues fue el mismo Dios quien quiso que los que menos valen sean los más importantes, de tal forma que si en nuestras comunidades no reinan estos parametros, somos un club de buenazos, una bola de gente buena pero que se dedica a la filantropia, a ayudar a los demás por humanismo, que tambien tiene su valor, pero no somos la comunidad de Jesús. ¿cuánto nuestras comunidades son comunidades de Jesús?

Aunque el Señor Jesús quiso que hubieran apóstoles, profetas, maestros, los que hacen milagros, los que sanan, los que socorren a los necesitados, los que gobiernan y los que tienen el don de lenguas o de interpretarlas, no quiso todo esto para que nos creyeramos más que otros o por encima de los demás. Lo quiso así para que sirviéramos a los demás, no para que nos sirviéramos o satisfacieramos nuestras frustraciones de antaño. Hermanos y hermanas, Jesús pensó diferente la Iglesia, pensemosla diferente también nosotros, pensemos y soñemos con una Iglesia más Evangélica, más Pentecostal, más Servidora, más Apostólica, más Sencilla, más Pobre. Y cuando digo más Evangélica, quiero decir, que se deje llevar más por el Evangelio, por Jesús el Evangelio vivo, y Pentecostal, para que se deje guiar por el impulso del Espíritu Santo como en pentescostés.


Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

miércoles, 20 de enero de 2016

Homilía -DIOS OBRA TODO EN TODOS- del 2do. Domingo Ordinario.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios:12,4-11.

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

DIOS OBRA TODO EN TODOS.

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

Cuando escuchamos o leemos que Jesús hace milagros (cosas extraordinarias) pensamos que: ya sea que si en realidad los hizo o que Él los hacía porque era Dios, sin embargo como dice la primera lectura, Dios actúa (obra) todo en todos, es decir, cuando estamos bien dispuestos nos toma como sus instrumentos para hacer cosas maravillosas, incluso podríamos decir que hacemos milagros (cosas que salen de lo ordinario). Vea el vídeo antes de continuar.


Cuando esta hermana (Salma Hayek) dice que el psicólogo le dijo que había hecho un milagro es cierto. Cuando estamos dispuestos a la fuerza divina, cuando estamos conscientes de nuestros limites y potencial podemos hacer milagros. Cada persona fue pensada, fue creada por Dios para que haga milagros esto es real, lo que pasa es que tenemos un mal concepto de "milagro", pensamos y lo definimos como "hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino"; así lo define la Real Academia de la Lengua Española y muchos diccionarios, sin embargo Jesús curaba con sus milagros, más haya de hacer algo fuera de lo humanamente explicable, podríamos decir que Jesús curaba, era un curador; sacaba lo mejor de las personas, incluso algunas curaciones las hizo primero a nivel interno y luego a nivel físico.

Cada uno de nosotros puede hacer también estas curaciones, sacar lo mejor de las personas, pero debe estar bebiendo del "vino bueno" que es Jesús, según el Evangelio de hoy. Cuando no esta el Espíritu de Jesús no solo no puedes curar, sino que lo que hacemos lo hacemos porque nos toca, porque nos sentimos bien, porque hay que hacerlo. En cambio si bebemos del vino bueno hacemos milagros tan solo escuchando a las personas, siendo amables y recibiéndolas aunque sean personas dificiles. Personalmente he visto muchas curaciones (milagros) que Dios ha hecho cuando estoy dispuesto y me dejo llevar por Él.

Cuando no esta Jesús en nuestra vida, en el matrimonio, en nuestras familias, en los grupos de la Iglesia, en la misma Iglesia, nos parecemos a la fiesta aguada del Evangelio, y por más dones que Dios quiera darnos, estamos como cerrados a recibirlos para bien de los demás, siempre hay alguien que esta más atento como la Virgen que le dice a Jesús que les ayude, pidamos a Jesús que nos ayude a todos a que comprendamos su obra, su misión, su amor que es el mismo orar, misión y amor nuestro. Pidamos a Jesús que convierta nuestra agua en vino y no cualquier vino o vino adulterado, sino en el "vino bueno" que es Él. Solo así los dones del Espíritu, de su Espíritu serán útiles y buenos para todos.

Y aunque todos tengamos diferentes dones, no nos creamos que somos nosotros que hacemos los milagros, las curaciones o las obras inexplicables, sino estemos conscientes de que es Dios, que es el Espíritu de Jesús. Pues Él obra en todos, somos sus instrumentos, no los mediadores, el único que es mediador entre Dios y los hombres es Jesús. A la vez siempre hay que discernir de donde vienen esos dones, pues también el mal o el diablo nos da esos dones que parecen que son de Dios, pero no lo son. Una buena forma de saber si las cosas vienen de Dios es que cuando un don viene y te hace mejor, cuando el don de hablar, de interpretar, de curar, etc. no te hace más humilde, mas generoso, más servicial, amable, no es de Dios.

Hermanos y hermanas, que el Señor nos conceda a todos beber, embriagarnos del VINO BUENO, que es Jesús, DE LLENARNOS de su ESPIRITU para que Él haga grandes cosas en nosotros, como dijo la Virgen. 


Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.


domingo, 10 de enero de 2016

Homilía - NUESTRO VERDADERO PADRE - del Bautismo del Señor.

Del libro del apóstol san Pablo a Tito. 2, 11-14; 3, 4-7.

Porque la gracia de Dios que salva a todos los hombres se ha manifestado, enseñándonos a renunciar a la impiedad y los deseos mundanos y a vivir en esta vida con templanza, justicia y piedad, esperando la promesa dichosa y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y de nuestro Salvador Jesucristo. Él se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad, para adquirir un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

Pero cuando se manifestó la bondad de nuestro Dios y Salvador y su amor al hombre, no por méritos que hubiéramos adquirido, sino por su sola misericordia, nos salvó con el baño del nuevo nacimiento y la renovación por el Espíritu Santo, que nos infundió con abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador; de modo que, absueltos por su favor, fuéramos en esperanza herederos de la vida eterna.