domingo, 29 de noviembre de 2015

AMOR MUTUO Y UNIVERSAL - Homilía del 1er. domingo de adviento.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses.

El Señor les conceda crecer cada vez más en el amor mutuo y universal, como el que nosotros tenemos por ustedes; y fortalezca sus corazones para que puedan presentarse santos e inmaculados ante Dios nuestro Padre, cuando venga nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les pedimos y rogamos en el nombre del Señor Jesús que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. Ustedes ya viven así, sigan haciendo progresos. Ya conocen las instrucciones que les dimos en nombre del Señor Jesús. 

AMOR MUTUO Y UNIVERSAL.

Paz y bien, hermanos y hermanas.

Hoy iniciamos un nuevo ciclo litúrgico y también iniciamos el año de la misericordia que el Papa Francisco a iniciado en Bangui, Republica Centro Africana, por eso les quiero desear lo mejor en este nuevo año, que todos perdonemos, de verdad "nuestras ofensas" como decimos en el "padre nuestro".

Es difícil hablar de amor mutuo y más de hablar de amor universal, cuando en el mundo esta librando una "III Guerra Mundial en partes", como la ha definido el Papa Francisco, cuando hay pleitos por doquier, en las familias la incomprensión de los esposos y los hijos, entre los jóvenes una simple diferencia los hace odiar, no hablarse o desearse hasta la muerte. Pero es posible un amor mutuo y universal como dice san Pablo en su primera carta a los Tesalonicenses, pero teniendo en cuenta que uno debe tener la valentía de perdonar, el coraje de reconciliarse siempre por más fuerte que haya sido un problema, una situación o un conflicto muy fuerte. Aclarar las cosas también es importante, pues los chismes, los mal entendidos, las incomprensiones están a la orden del día, pues aunque hablamos el mismo idioma no nos entendemos, pero también es importante hacerlo en privado, con la personas implicadas, sincerarse es otro ingrediente para que haya amor mutuo. 

Hablando del amor universal se puede amar a la manera de Dios, con un corazón grande, un corazón que no tenga limites o que tenga preferencias. Por eso es importante decirle a Jesús en este tiempo que nos "de un corazón grande para amar", como dice un canto. Y hagamos un examen de conciencia, en este año litúrgico que iniciamos, ¿cuantas faltas de amor he tenido con mi hermano o mi hermana? ¿tiene sentido estar peleado, y más en la Iglesia? ¿tengo el derecho de dividir con mis comentarios, con mis chismes al pueblo de Dios?

Es necesario tener un corazón grande para amar de verdad, solo así no tendremos miedo al fin del mundo o en la hora de la muerte, pues donde hay amor no hay temor. Solo quien ama, y vaya que cuesta amar, hace lo que quiere, es libre, es feliz, muchas personas no son felices o no aman de verdad y viven haciendo conflictos por donde quiera, todos somos tentados a ser instrumento del mal cuando dividimos, cuando chismorreamos y esto podemos decir que es como terrorismo espiritual. Animémonos a amar de un modo universal, amar a todos y a no tener un corazón de pollo que con todo se sienta, sino un corazón fuerte que pueda siempre soportar las debilidades de los demás hermanos y hermanas, que perdone siempre, que sea pacifico, que ame a los demás. Y si no podemos pidamos a Jesús, que es un experto en esto, pues en la cruz dice"perdónalos, Señor, pues no saben lo que hacen".

Feliz año y un tiempo de misericordia, en el que hagamos misericordia para que recibamos misericordia de nuestro padre, de que seamos justos al perdonar pues ¿acaso no hemos sido perdonados siempre por Dios?

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

martes, 24 de noviembre de 2015

Homilía del Martes XXXIV del TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio del día.


Estamos en la ultima semana del año litúrgico, y seguimos reflexionando, incluso toda la semana, sobre el reinado de Cristo y de su Padre, haciendo eco del evangelio del domingo "mi reino no es de este mundo".

Ayer una viuda echa todo lo que tiene a las alcancías del templo y Jesús dice que ella dio todo lo que tenía, mientras los demás echaron lo que les sobraba. Con ese simple gesto Jesús quiere decirnos que la viuda confía plenamente en su rey, es decir, Dios. Cuando tu y yo confiamos en Dios lo damos todo, no nos reservamos nada. En el evangelio de hoy Jesús dice que lo importante es su reinado - servicio, no el templo, no aquellos que dicen que se acaba el mundo, que son profetas del terror, otra vez quiere decirnos que Él es Rey (que sirve) y su mejor servicio es que ha vivido, muerto y resucitado por ti y por mi.

El templo es solo un signo de que todo se destruye o cae, piedra por piedra, cuando no se construye en la justicia. Los muros caen, las estructuras caen, la Iglesia puede caer si somos ciegos y nos creemos dueños. Muchas veces no servimos de verdad porque no damos todo, queremos servir pero teniendo algún gustito, alguna ratificación sino económica pero tal vez de reconocimiento. Hay varios hermanos y hermanas que se sirven de los faros que les proporcionan algunos servicios en la Iglesia y con ello desvían la mirada de los fieles del que es el único bueno en la Iglesia, es decir, de Jesús. O se benefician de las mieles que les da ser coordinadores, animadores, catequistas, ministros, sacerdotes. No olvidemos que los más relegados, los pobres, los mas necesitados son los más importantes para Jesús que es el Rey, que la caridad de la Iglesia no se institucionalice, que el servicio no sea para servirse.

No tengamos miedo al fin del mundo, de hecho yo tengo más miedo a lo que hacemos en la Iglesia teniendo una actitud cerrada, legalista o corrupta que al mismo fin del mundo. Creo que nuestro fin del mundo (nuestra muerte) será más catastrófico si seguimos con esto, animémonos a dejar estas cosas en el pasado, como esta quedando en el pasado este año litúrgico y civil. 

domingo, 22 de noviembre de 2015

Homilía SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO.

Lectura de la profecía de Daniel (7,13-14):

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

QUIEN SIRVE ES UN VERDADERO REY.


Cuando escuchamos la palabra"rey", nos imaginamos a los reyes de este mundo o las reinas y princesas de cuentos de niños, con sus coronas, con una vida cómoda, que son personas muy poderosas económica, política y culturalmente hablando. Incluso vienen a nuestra mente aquellos buenos reyes como David o los malos reyes que oprimían a sus pueblos con impuestos o cargas que eran causa de su mala comprensión de que es un rey.

Jesús en el Evangelio de hoy nos dice que "su reino no es de este mundo", y no lo dice despectivamente como queriendo decir que no quiere al mundo o los que vivimos en el mundo, seria iluso pensar que Jesús no quiere al mundo y a los que vivimos en él, lo que quiere decirnos con esa frase en su palabra es que lo que entendemos y lo que hemos construido como estructura o los reinados o las instituciones no son compatibles con su reino, pues el significado de su reino esta en la misma palabra REY. La palabra REY significa SERVIDOR o EL QUE SIRVE, de tal forma que quien es servidor de los demás es un verdadero rey, quien sirve más es más rey. Por eso no se entiende en la sociedad y que las estructuras de poder se utilicen para veneficiar a unos cuantos, y no se puede comprender que en la Iglesia hayan personas que se crean los reyes o los dueños de la Iglesia, puesto que Jesús es el único dueño o rey, no solo de la Iglesia si no del universo.

Cuantas personas en la Iglesia no hemos comprendido que el verdadero poder y el verdadero reinado de Jesús es el servicio, y nos afanamos por mandar a los demás, queremos ser unos mandones, incluso nos sale perfecto cuando mandamos hasta el dedito se para más al señalar lo que esta bien o lo que esta mal. Si Jesús no vino a mandar o ha ser rey como lo entendemos nosotros, sino a servir, como es que nosotros queremos hacer lo que Él no hizo. Es una gran tentación de todos los que formamos la Iglesia en creernos, pecar de soberbia, de pretender mandar para sentirme bien, es una cadena de pecado que no queremos romper. Por eso el Papa Francisco no se cansa de decirnos que seamos una Iglesia servidora, que salga, que tenga las puertas abiertas, que se accidente con tal de servir, que reciba a todos y que abrace sobre todo al que se siente lejos de Dios.

De repente uno puede pensar que estamos haciendo el Reino de Cristo, el Reino de Dios, pero no nos damos cuenta de que ni en la sociedad, ni en las estructuras, ni en la Iglesia nos escapamos de construir una cosa que no es el Reino de Dios, por eso Jesús dice que su Reino no es de este mundo, no es de este mundo cuando no servimos sin esperar nada a cambio, no es de este mundo cuando todo se vuelve formalidad y no hay espontaneidad, cuando nos volvemos legalistas y no misericordiosos. No nos damos cuenta que el servir nos hace plenos, que el servicio nos pone alegres, que ayudar nos da muchas satisfacciones, que el trabajar por algo o por alguien nos dignifica y nos sentimos más plenos.

Si andas deprimido o no encuentras sentido a tu vida, es porque no te haz dispuesto a servir, es decir, no te haz dispuesto a ser un verdadero rey en la vida. Hay que estar con los ojos bien abiertos para ver nuestro universo en el que podemos servir, pues como JESUCRISTO ES EL REY DEL UNIVERSO, así tambien nos invita a serlo a nosotros, pero en nuestro pequeñño universo que puede ser la familia, el trabajo, la escuela, los amigos, el grupo de la Iglesia. Cuanto desgaste por que no nos llevamos bien, cuantas neuronas quemadas porque no queremos servir de verdad a la manera de Jesús.

Termino por fin por una frase muy conocida, que bien podríamos tomarla como un programa de vida: QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR, esta frase expresa de una menera especialisima la descripción del Reinado de Jesucristo y es como deberiamos de construir nosotros ese reinado. Reinado de justicia, Reinado de amor, de paz.


Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

martes, 17 de noviembre de 2015

Homilía del MARTES XXXIII del TIEMPO ORDINARIO.


"Un cristiano es pecador pero no puede ser corrupto" 
PAPA FRANCISCO

La primera lectura de hoy y el texto de evangelio hablan de Eleazar y Zaqueo, dos hombres muy distintos. El primero era un anciano honrado y honorable que no "quiso comer carne inmolada a los ídolos y prefirió morir antes que renunciar a su fe", aunque algunos de sus amigos le ofrecieron poner carne licita para salvar la vida, pero eso sería ser corrupto y Eleazar prefirió la muerte antes que ser corrupto. El segundo hombre era un corrupto de primera, robaba como muchos políticos de hoy o como algunos sacerdotes de la Iglesia (me duele decirlo pero así es), pero su encuentro con Jesús le hace cambiar y hacer un giro grande en su vida. Cada uno de nosotros somos pecadores -dice el Papa- pero no podemos ser corruptos, es decir, todos le fallamos a Dios y a los hermanos, todos somos débiles pero no podemos quedarnos quietos o indiferentes ante los propios pecados, aveces tenemos pecados y no nos confesamos luego o hacemos que somos unos santos y estamos podridos por dentro, somos corruptos, como una persona que muere que se corrompe el cuerpo a tal punto de que se pudre. 

Todos somos pecadores pero no podemos ser corruptos, hacer como que no pasa nada, como que somos santos y somos sepulcros blanqueados. Ayer el ciego decía a Jesús: "Hijo de David, ten compasión de mi... haz que vea"; ahora Zaqueo le dice que "venderá todo lo que tiene y dárselo a los pobres y restituirá tres veces más a los que robo"; esto que Zaqueo hace es signo de que quiere una verdadera conversión en su vida y Jesús le dice que la salvación llega a su casa. ¿Que estas dispuesto hacer para dejar de ser corrupto? ¿Crees que estas perdido o tienes esperanza? ¿quieres ser mejor o quieres seguir siendo el mismo de siempre? Los políticos están tan acostumbrados a los corrupción, los policías están tan habituados a la mordida y nosotros consideramos más facil en darles un billete de 200 pesos que todos pensamos que todo esta perdido, pero lo cierto es que aún hay esperanza, Dios nunca pierde la esperanza en sus hijos, en nosotros. No defraudes a Dios y más aun no te defraudes a ti mismo.