martes, 24 de noviembre de 2015

Homilía del Martes XXXIV del TIEMPO ORDINARIO.

Evangelio del día.


Estamos en la ultima semana del año litúrgico, y seguimos reflexionando, incluso toda la semana, sobre el reinado de Cristo y de su Padre, haciendo eco del evangelio del domingo "mi reino no es de este mundo".

Ayer una viuda echa todo lo que tiene a las alcancías del templo y Jesús dice que ella dio todo lo que tenía, mientras los demás echaron lo que les sobraba. Con ese simple gesto Jesús quiere decirnos que la viuda confía plenamente en su rey, es decir, Dios. Cuando tu y yo confiamos en Dios lo damos todo, no nos reservamos nada. En el evangelio de hoy Jesús dice que lo importante es su reinado - servicio, no el templo, no aquellos que dicen que se acaba el mundo, que son profetas del terror, otra vez quiere decirnos que Él es Rey (que sirve) y su mejor servicio es que ha vivido, muerto y resucitado por ti y por mi.

El templo es solo un signo de que todo se destruye o cae, piedra por piedra, cuando no se construye en la justicia. Los muros caen, las estructuras caen, la Iglesia puede caer si somos ciegos y nos creemos dueños. Muchas veces no servimos de verdad porque no damos todo, queremos servir pero teniendo algún gustito, alguna ratificación sino económica pero tal vez de reconocimiento. Hay varios hermanos y hermanas que se sirven de los faros que les proporcionan algunos servicios en la Iglesia y con ello desvían la mirada de los fieles del que es el único bueno en la Iglesia, es decir, de Jesús. O se benefician de las mieles que les da ser coordinadores, animadores, catequistas, ministros, sacerdotes. No olvidemos que los más relegados, los pobres, los mas necesitados son los más importantes para Jesús que es el Rey, que la caridad de la Iglesia no se institucionalice, que el servicio no sea para servirse.

No tengamos miedo al fin del mundo, de hecho yo tengo más miedo a lo que hacemos en la Iglesia teniendo una actitud cerrada, legalista o corrupta que al mismo fin del mundo. Creo que nuestro fin del mundo (nuestra muerte) será más catastrófico si seguimos con esto, animémonos a dejar estas cosas en el pasado, como esta quedando en el pasado este año litúrgico y civil. 

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