domingo, 26 de febrero de 2017

OCUPARSE +, PREOCUPARSE - 8ª Domingo Ordinario.

¡OCUPARSE +, PREOCUPARSE - !

Buen domingo a todos.

Que no nos pase como la ama de casa que terminando de cocinar el desayuno ya esta preocupada por lo que va a hacer de comer, y terminando de hacer la comida esta preocupada por lo que va a hacer de cenar. En la noche cuando los hijos ya terminaron de lavar los trastes, el esposo ya ayudo a la esposa a limpiar la cocina, la esposa sentada en la sala esta pensando ya que es lo que van a comer el siguiente día. No hay que preocuparse demasiado, hay que dejar de lado esto porque la preocupación no sirve de nada, es estática, es como el miedo, nos paraliza, no nos deja caminar, no nos deja seguir adelante.

Por eso san Pio de Pietrelcina decía que no sirve de nada preocuparse, no se resuelve nada de los problemas, y al contrario, nos parece que no hay soluciones cuando estamos extremadamente preocupados. En lugar de preocuparnos hay que orar, es decir, hablar con Dios, pedirle su ayuda, pues Él es un Padre al que debemos acudir siempre no solo cuando tenemos una urgencia o alguna dificultad.

Cuando nos preocupamos es una forma de ejercer nuestro egoísmo, cuando estamos preocupados por que no hay dinero o porque queremos mas, nos olvidamos de los hijos, de los seres queridos. Nos preocupa que no haya dinero y no nos ocupamos a buscar un trabajo, nos preocupa que nos vamos a poner de ropa, es clásica la frase: "no tengo que ponerme" y el closet esta lleno de ropa. que desfachatez y que egoísmo, estar preocupados por la moda y cuantos hermanos y hermanas no tienen con que vestirse.

Cuando invitamos a alguien a comer a nuestras casas, nos preocupamos que les vamos a dar de comer, y queremos lucirnos, queremos darles lo mejor, nos preocupamos en darles un banquetazo pero no nos ocupan los hermanos y hermanas que no tienen que comer en la calle. Estamos preocupados que es lo que comeremos y no nos ocupamos de lo que comerán los pobres, los migrantes, los de la calle.

Hermanos y hermanas, la invitación de Jesús es clara como siempre, deja de preocuparte egoistamente y ocupate de tu hermano que te necesita. No pierdas tiempo preocupandote de manera estatica y pon manos a la obra, porque como dice el dicho: "a Dios rogando y con el maso dando". Paz y bien, excelente domingo.

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

domingo, 19 de febrero de 2017

¿ERES PERFECTO? - 6to. Domingo Ordinario

Lee el Evangelio aquí...

¿ERES PERFECTO?


Hola a todos, paz y bien.

Cuando Jesús habla en el Evangelio de la perfección no esta hablando de la perfección desde el plano meramente humano, que aveces se basa solo en cumplir, en ser legalista o el deber de una ley positiva. Jesús habla de la perfección de su Padre, que "hace salir el sol sobre buenos o malos", es decir, la perfección de Dios es ir mas haya de la ley, hacer más de lo que es justo según lo pensamos nosotros los seres humano, amar más sin interes que esperando algo a cambio.

San Francisco de Asís hablaba de la "perfección del santo Evangelio" y resumía el vivir la perfección enseñada por Jesús como la bondad desbordada por eso llamaba a Dios:
Tú eres el santo, Señor Dios único, el que haces maravillas (Sal 76,15).
Tú eres el fuerte, tú eres el grande (cf. Sal 85,10), tú eres el altísimo, tú eres el rey omnipotente; tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25).
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses (cf. Sal 135,2); tú eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. lTes 1,9).
Tú eres el amor, la caridad; tú eres la sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia (Sal 70,5), tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre; tú eres la seguridad, tú eres la quietud, tú eres el gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres la justicia, tú eres la templanza, tú eres toda nuestra riqueza a saciedad.
Tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre, tú eres el protector (Sal 30,5), tú eres nuestro custodio y defensor; tú eres la fortaleza (cf. Sal 42,2), tú eres el refrigerio.
Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe, tú eres            nuestra caridad, tú eres toda nuestra dulzura, tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor, omnipotente Dios, misericordioso Salvador
Y al decir todo esto de Dios, San Francisco, describía lo que nosotros estamos llamados a practicar en la vida el bien, el amor, la caridad, porque si hacemos lo que según hacen lo buenos no hacemos nada extraordinario. Hay muchas personas que dicen "yo no tengo pecados, no mato, no engaño a mi esposa, no soy vengativo, ayudo a los demás, etc." pero se olvidan de dar más haya de esto, de no matar con la lengua cuando hablamos mal de alguien, de no engañarse ni con el pensamiento, de no ser vengativo y también hacer el bien a quien me ha ofendido, amar a nuestro prójimo y amar más al que consideramos nuestro enemigo o al que me considera su enemigo.

Según la perfección del Santo Evangelio entendido por san Francisco y expresado por Jesús en el texto del Evangelio de este domingo, ¿eres perfecto? ¿te animas a hacer el bien más haya de la ley? ¿haces un mucho más de lo que te toca? Que la pasen bien, buen domingo.

Fray Juan Gerardo Morga, OFMcap.



sábado, 4 de febrero de 2017

¿COCINAS CON SABOR O SIN SABOR? - 5to. Domingo Ordinario.

Lee aquí las lecturas.

¿COCINAS CON SABOR O SIN SABOR?

Hola a todos, paz y bien.

Cuando cocinamos siempre le ponemos un toque a cada comida con algún condimento, con alguna verdura, con cualquier ingrediente. Incluso guardamos, a veces, los secretos de algunas comidas de generación en generación, incluso hay algunas familias que se distinguen por alguna comida en particular. A mi por ejemplo me saben mucho mejor los fréjoles que pruebo en las casas de ustedes, que los que hago en el convento, pero lo cierto es que el ingrediente que no debe faltar a cualquier comida es la SAL.

No se necesita ser un experto en cocina para saber que lo que le da el sabor a la comida es la sal, incluso cuando comemos en el hospital alguna comida de allí le hacemos el fuchi porque no sabe a nada, y cuando alguien cocina sin sal decimos que esa comida se parece a la del hospital. Pero, ¿se puede dar sabor a la comida con una sal que a perdido su sabor, una sal que se a vuelto sosa? Por supuesto que no, sabría la comida como a la del hospital. Así se puede comparar la vida del creyente, del cristiano que dice seguir a Jesús pero no «...parte su pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, cubre a quien ve desnudo y se desentiende de los suyos» - como dice la primera lectura - este se parece a la sal sin sabor, a la sal sosa que si se le hechas a la comida del mundo no sabe a nada. Cuanto nos hemos preocupado en la Iglesia por las "santas cosas" que se nos olvidan estas SANTAS COSAS.

Ahora que acaba de pasar el día del "consagrado", cuantos hay que se preocupan más por sus santidad que por la santidad de las almas, cuantos viven quejándose que la obra es grande para que digan que son humildes, cuantos viven mediocres su consagración acomodados en sus coches, en sus casas, sin ofrecer de verdad la vida, de partirse como se la partió Cristo por nosotros. Nos falta ser más valientes a todos los que formamos la Iglesia, nos falta estallar en bondad que en criticas a alguno que cae. 

Jesús, el Evangelio, es muy claro, no estamos para realizar cosas por abajo del agua, no somos sus seguidores para andar en las tinieblas, nos impulsa para que andemos como luz, como Él, LA LUZ DEL MUNDO. Si somos justos, respetuosos y generosos con los demás, a pesar de que estén mal, "Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor", nadie es luz cuando ataca, cuando responde con violencia, cuando no ayuda a los demás, cuando quiere construir muros, cuando critica, cuando desoye el clamor de su conciencia.

A veces decimos: ¿por qué Dios no me escucha, por qué no cumple con lo que le pido? la respuesta es muy sencilla y se encuentra en la primera lectura de hoy:
«Entonces clamarás al Señor y te responderá;pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”.Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies al alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía».
Si hermanos y hermanas, no pretendamos que Dios nos ilumine o sea el sabor de nuestras vidas si no hacemos lo que nos dice, no pretendamos dar cátedras si no nos reconocemos débiles y pecadores. Si queremos que nuestra vida tenga sabor, tenga sentido, hagamos lo que Jesús nos dice hoy: SEAN SAL Y LUZ DE LA TIERRA.

Fray Juan Gerardo Morga, OFM Cap.