domingo, 10 de enero de 2016

Homilía - NUESTRO VERDADERO PADRE - del Bautismo del Señor.

Del libro del apóstol san Pablo a Tito. 2, 11-14; 3, 4-7.

Porque la gracia de Dios que salva a todos los hombres se ha manifestado, enseñándonos a renunciar a la impiedad y los deseos mundanos y a vivir en esta vida con templanza, justicia y piedad, esperando la promesa dichosa y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y de nuestro Salvador Jesucristo. Él se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad, para adquirir un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

Pero cuando se manifestó la bondad de nuestro Dios y Salvador y su amor al hombre, no por méritos que hubiéramos adquirido, sino por su sola misericordia, nos salvó con el baño del nuevo nacimiento y la renovación por el Espíritu Santo, que nos infundió con abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador; de modo que, absueltos por su favor, fuéramos en esperanza herederos de la vida eterna. 

NUESTRO VERDADERO PADRE.

Cuando le preguntamos a un papa o a una mama de familia, a quien de sus hijos quiere más todos contestan con la misma respuesta: "quiero a todos mis hijos por igual", y la respuesta es algo incierta, pues como no quieren quedar mal con ningún hijo dicen esta respuesta, lo cierto es que todos tienen un "hijo predilecto", a un hijo o hija la quieren más que otro y esto no es pecado o antinatural, por nuestra propia naturaleza queremos más a uno que a otro, dependiendo como se porta, como nos hace caso, como es, que me da. Todos los padres de la tierra tienen limitaciones y pecados como todos los seres humanos, y lo que no hicieron o no cumplieron como padres afecta al hijo o a la hija cuando estos son adultos, incluso muchos hijos quedan traumados por malas experiencias y a su vez son malos padres, incluso superan a sus padres.

Pero la PATERNIDAD VERDADERA la posee en su plenitud DIOS, ÉL es nuestro PADRE, y somos sus hijos PREDILECTOS, pues como dice hoy en el Evangelio a Jesús: "ESTE ES MI HIJO AMADO, MI PREDILECTO", es lo mismo que nos dijo en nuestro bautismo y nos lo sigue diciendo todos los días a nosotros. Si alguno se siente huérfano porque no tuvo un padre o una madre de pequeño, o los tuvo pero no fueron buenos padres, tenga la certeza que tiene un PADRE que lo ama inmensamente. Ni nuestros padres de aquí de la tierra, ni a los que nos llaman padres les corresponde en plenitud el titulo de PADRE como a Dios, y este regalo de llamarlo PADRE se lo debemos a Jesús, nuestro HERMANO MAYOR, pues gracias a que vino a ser Hijo nos hizo hijos del Padre. Que nadie se sienta triste, que nadie se sienta solo, que nadie se sienta huérfano, pues todos tenemos un PADRE que nos ama, que esta cercano, que siente con nosotros, que tiene misericordia de nosotros. Pero veamos como es nuestro PADRE, pues aveces y tenemos caricaturas de Dios, tenemos falsas concepciones de Dios, veamos el siguiente vídeo que nos ilustra:



Cuando todos conozcamos de verdad al PADRE de Jesús, que es nuestro PADRE, entonces empezaremos a actuar como sus hijos, pues pasa lo mismo que con los padres, por ejemplo; si el padre y la madre son bondadosos y hacen bien al prójimo, los hijos harán lo mismo, pero si los padres son egoístas, son negativos, los hijos serán egoístas y negativos. Actuemos por tanto, hermanos y hermanas en consecuencia, si nuestro PADRE ES MISERICORDIOSO, los hijos tendremos que ser misericordiosos, si el PADRE ES AMOROSO Y TIENE PACIENCIA, también los hijos deberíamos imitar esas virtudes, si nuestro PADRE TIENE TERNURA CON SUS HIJOS, también los hijos tendríamos tener ternura con nuestros hijos. Recordemos la regla de oro: trata a los demás como te gustaría que te traten a ti, no porque a mi me toco unos padres desobligados o que me hicieron sufrir en la infancia yo tenga que repetir lo mismo con mis hijos, podemos romper con estas conductas aprendidas de generación en generación.

Hermanos y hermanas que cada uno recordemos que tenemos un PADRE  y que somos todos sus hijos, gracias al HIJO, recordemos la fecha de nuestro bautismo para que festejemmos el día en que nacimos para ser HIJOS DE DIOS y HERMANOS MENORES DE JESUCRISTO, y demos gracias a nuestro HERMANO MAYOR que nos lavo con las aguas de su bautismo y con su preciosa sangre.


"Que el Señor les de la Paz"

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario