domingo, 12 de enero de 2014

Homilía del BAUTISMO DEL SEÑOR.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34-38.

Pedro tomó la palabra:

—Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas sino que, acepta a quien lo respeta y practica la justicia, de cualquier nación que sea. Él comunicó su palabra a los israelitas y anuncia la Buena Noticia de la paz por medio de Jesús, el Mesías, que es Señor de todos.



Ustedes ya conocen lo sucedido por toda la Judea, empezando por Galilea, a partir del bautismo que predicaba Juan. Cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con Espíritu Santo y poder: él pasó haciendo el bien y sanando a los poseídos del Diablo, porque Dios estaba con él.

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¿Por qué Jesús tuvo que ser bautizado?

¡Hermanos y hermanas, el Señor les de la Paz!

Estamos iniciado, con esta fiesta del BAUTISMO DEL SEÑOR, otra etapa de reflexión personal y comunitaria en la Iglesia (asamblea de Dios), pues iniciamos con el TIEMPO ORDINARIO, que es un tiempo en el que profundizamos en los gestos, palabras y acciones del mismo Jesús para realizarlas nosotros, que decimos ser sus seguidores, sus discípulos, sus misioneros. Pero realiazándolas no de manera robótica o como copias de Jesús, sino con la esencia y distinción de cada uno, como es, con sus peculiaridades.

Sé que la pregunta que todos se están haciendo es la que puse como titulo, y es sobre esto que baso mi reflexión y sobre el detalle de los Hechos de los Apóstoles donde Pedro testifica que la salvación (que se inicia con el BAUTISMO) es para todos.

Es cierto que Jesús no necesitaba el Bautismo, porque quien es bautizado o el que es bañado por el agua, están limpiándolo de algo o tiene la actitud de que quiere cambiar su vida, quiere limpiarse de sus malos hábitos. Pero Jesús, el Señor, ni tenia malos hábitos, excepto los hábitos que tenía puestos porque era pobre, ni tenía malicia ni pecado, y surge la pregunta: entonces ¿porque fue bautizado? De hecho cuando Jesús llega con Juan, el no quiere hacerlo, le dice que "es él que debe ser bautizado por el Señor", pero Jesús le manda cumplir. Aquí esta la clave de la respuesta.

Jesús es Bautizado porque el quiere, no lo necesitaba, pero el quiere hacerlo. Ahora hay otra pregunta ¿Para que?, sin duda que para nosotros, para nuestro bien. Dice un padre de la Iglesia -creo que es San Máximo de Turín- que con el Bautismo del Señor las aguas con que todos serían bautizados (presentes y futuros) quedaron benditas, de hecho cuando en el rito del bautismo o en la Noche Santa de la Vigilia Pascual, bendecimos el agua con la que serán bautizadas las personas es la gracia de Dios, su bendición que baja, incluso el Cirio Pascual (en la Vigilia) es sumergido en el agua, como signo de que Jesús (la gracia personificada de Dios) baja para bendecirnos.

Y este bautismo es para todos, Jesús recibe a todos, a todos nos ama con entrañable amor de Padre y Madre, nos espera, nos busca, nos encuentra. El bautismo es para cada uno de nosotros el inicio del camino, un camino que ahora parece que esta lleno de maleza, lleno de monte, de arbustos espinosos, porque casi nadie quiere transitar por el camino de la vida cristiana; algunos de los que han caminado por allí nos alientan para seguir a Cristo, a seguir ese camino de amor; otros que han caminado parece que con sus obras han puesto más obstáculo para que otros lo transiten. ¿Somos animo o obstáculo para los hermanos que inician caminando en la vida cristiana? Cada uno sabe.

Quiero terminar esta reflexión, del Bautismo del Señor, con Máximo de Turín, pues me parece preciosa esta comparación de la NAVIDAD, que terminamos y BAUTISMO, que hoy celebramos:

"El día de Navidad nació para los hombres, hoy renace por los sagrados misterios; entonces fue dado a luz por la Virgen, hoy es engendrado por obra de unos signos celestiales. Al nacer según la naturaleza humana, su madre María lo abrazó en su seno; ahora, al ser engendrado místicamente, es como si Dios Padre lo abrazara afectuosamente con aquella voz: Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo. María mece suavemente al recién nacido en sus rodillas, el Padre atestigua con su voz su afecto para con su Hijo; la madre lo ofrece a los magos para que lo adoren, el Padre lo da a conocer a todos los hombres para que le rindan culto."

¡¡¡¡Sea alabado Jesucristo!!!! 

¡¡¡¡Buen Domingo!!!!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.



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