UNA FIESTA PLURALMARÍA MADREUna fiesta más de María y una nueva oportunidad de tratar un tema que puede ser importantísimo para nuestra vida espiritual. La fiesta litúrgica se titula “María madre de Dios”, pero hoy tenemos conocimientos suficientes para ir más allá de la pura mitología que se encierra en esa expresión.Lo que se ha creído durante mil y pico años no tiene nada que ver con la verdadera declaración del concilio de Éfeso. No se trataba de un dogma sobre María sino de un dogma sobre Jesús. Una vez entendido esto, podemos descubrir que todo lo que se ha dicho sobre María basándose en una traducción literal de la expresión dogmática, no tiene sentido ninguno. Esto no quiere decir que no podemos sacar provecho de una fiesta de María como MADRE.Seguramente el concepto de “madre” es el que se aplicó a Dios en los orígenes de la religiosidad humana. Sin duda ninguna es el que mejor puede expresar la originalidad de Dios, entendiendo originalidad en el sentido más etimológico del término…Pero debemos ir a lo profundo del significado de ese término cuando lo aplicamos a Dios. Dios no es origen porque una vez haya sido causa de que la realidad material exista. Dios está en cada criatura como el fundamento, en cada instante de su existencia. Dios es el origen y el fin de toda la creación. En realidad, la creación no es más que lo visible de Dios.Podemos decir que lo material es la misma divinidad reflejada en un espejo. Para poder ver algo en un espejo, es imprescindible que esa realidad material esté de la otra parte del espejo. En cuanto desaparece esa realidad, desaparece la imagen. Por aquí podemos vislumbrar lo que es Dios como origen de todo lo creado.En María madre, hemos volcado todo lo que no nos atrevemos a proclamar de Dios como principio de nuestro propio ser. María es el dios Madre que en un contesto patriarcal, no nos atrevemos a imaginar. El bendito Juan Pablo I, en el primer encuentro con los cardenales a los pocos días de ser elegido papa, les espetó: “Dios es padre, pero sobre todo es madre”. Con esa sola frase abrió más horizontes a los cristianos que muchas sesudas encíclicas de decenas de páginas.Todo lo que se ha dicho de María a través de los siglos, tenemos que atrevernos a pensarlo y decirlo de Dios directamente. Este sería el mejor homenaje que le podríamos hacer hoy a María; atrevernos a ver a Dios como verdadera Madre que nos engendra y da a luz a todos en cada instante. Si descubriéramos esta realidad, no haría falta ningún argumento adicional para que todos nos consideráramos verdaderamente hermanos.Esta vivencia es el fundamento de todo el mensaje de Jesús. Sin esa vivencia el evangelio llegará a ser a lo sumo una programación más, que en ningún caso calará más allá de la epidermis.LA CIRCUNCISIÓNEs muy difícil que hoy nos hagamos cargo de lo que significaba este rito para el pueblo judío. Era el signo de pertenencia, que para ellos significaba dar contenido a su vida entera. Hoy no necesitamos este arraigo para sentirnos seres humanos, pero no era así en aquella época. Una persona que no perteneciera a una familia y a un pueblo, no era absolutamente nada.Nuestro bautismo tiene un significado estrictamente religioso y es el signo de identidad como cristianos, pero para los judíos, lo religioso, lo social e incluso lo económico no se diferenciaban; de tal manera que el fallo de uno de los aspectos llevaba consigo el derrumbe de toda la persona.Era un signo solo para hombres porque la mujer no era más que lo que el hombre al que pertenecía le aportaba.Tampoco estamos capacitados para entender lo que significaba en aquella época poner un nombre a una persona. En el nombre se significaban todas las expectativas que la familia ponía en el recién nacido. En este caso, se puede descubrir esa importancia en el hecho de que, según Lucas, el nombre de “Jesús” no es una ocurrencia humana, sino elección divina. Jesús significa “Dios salva” que era precisamente lo que los ángeles dijeron a los pastores: “Os ha nacido un salvador”.Para mí el centro del evangelio de hoy está en esta frase: “María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”. No se trata de memorizarlas y buscarles un sentido lógico, sino de rumiar todo lo que está pasando para asimilarlo y tratar de que pase a formar parte de la vida.Recordemos una vez más que se trata de teología de las primeras comunidades retrotraída al nacimiento de Jesús. Que el relato no sea una crónica de sucesos, nos obliga a darle mayor importancia y a tratar de hacer nuestro el mensaje. Llevamos dos mil años intentando ir al Dios de Jesús a través de razonamientos. Es hora de abandonar ese intento fallido y entrar por el camino del corazón, es decir, de la vivencia interior que me lleve a descubrirlo desde lo hondo.AÑO NUEVOLa inmensa mayoría de los seres humanos se conforman hoy con celebrar un “cronos”, es decir una fecha del calendario. No es ese el sentido religioso de la fiesta. Se trata de celebrar un “cairos”, es decir el momento oportuno para hacer algo vital que pueda trasformar mi vida.El tiempo cronológico se nos va de las manos, casi siempre esperando que otro tiempo mejor llegue en algún momento. Si esperamos que las circunstancias cambien para conseguir los objetivos principales de mi vida, estamos cayendo en la trampa de la artificialidad.En este instante puedo conseguir el logro más importante de mi vida. Ahora están todas las posibilidades a mi disposición. En cualquier momento de mi vida tendré las mismas pasibilidades, pero si estoy esperando algo distinto, consumiré la vida sin encontrar lo que me debía importar de veras.DÍA MUNDIAL DE LA PAZSería estupendo que pudiéramos disfrutar por lo menos durante un día de paz en todo el mundo. Pero si estamos envueltos en guerras y conflictos de todas clases, ¿Qué puede significar celebrar un día de la paz?La inmensa mayoría de nosotros desearíamos la paz, pero creemos que muy poco o nada podemos hacer por conseguirla. Este es el error. Tú puedes hacerlo todo por conseguir la paz. Simplemente lleva paz a todas tus relaciones con los demás.La paz no es una realidad que podamos conseguir como si fuera un objeto que descubrimos aquí o allá. La paz es una consecuencia de nuestra manera de actuar. Reinará la paz cuando las relaciones entre los hombres sean verdaderamente humanas.Meditación-contemplaciónEn este día tan señalado cronológicamente,trata de trascender el tiempo y el espacio,descubre lo que hay en ti de eternidady sumérgete en el cairos de tu existencia.…………En todo tiempo y en cualquier lugarpuedes hacer presente tu verdadero ser,que no es lo que hay en ti de terrenosino lo que hay en ti de divino.…………María es madre de Dios porque le hace presente en este mundo.También tú puedes concebirle y darle a luzsi trasciendes tu ego y penetras en tu verdadero ser.Todo lo que es María desde Dios lo eres también tú.……………Fray Marcos
sábado, 31 de diciembre de 2011
Reflexión de Año Nuevo: Santa María Madre de Dios
jueves, 22 de diciembre de 2011
Reflexión de la Natividad del Señor.
NOCHEBUENA
En la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
A nosotros hoy lo que de verdad nos cuesta es descubrir al Jesús humano que nos puede servir de modelo.
Para Lucas, de mentalidad helenista, Dios está en el cielo. Si quiere hacerse presente, tiene que bajar. Viene a salvar a los pobres y empieza por compartir su condición. La salvación se hará desde abajo. Pero solo la encontrará el que está en camino, el que está buscando, no los que están instalados cómodamente en este mundo. No lo encontrarán en el bullicio de las relaciones sociales del día, sino en el silencio de la noche.
NAVIDAD
En el principio ya existía la Palabra,... y Dios era la Palabra.
Meditación-contemplación
Si no aparcas la razón, te quedarás in albis.
Si pretendes comprender, perderás el tiempo.
Deja que la Verdad vibre en tu interior.
Solo así podrás vivir la Vida
………………
No te conformes con celebrar hechos pasados.
No pretendas confiar en logros futuros.
La eternidad está en tus manos.
Todo lo posees en este instante.
No pretendas confiar en logros futuros.
La eternidad está en tus manos.
Todo lo posees en este instante.
…………….
Vive la totalidad aquí y ahora.
No esperes condiciones más favorables.
En ningún momento de tu futuro, mejorarán tus posibilidades.
Si no las aprovechas hoy,
nada garantiza que las aprovecharás en otro instante.
No esperes condiciones más favorables.
En ningún momento de tu futuro, mejorarán tus posibilidades.
Si no las aprovechas hoy,
nada garantiza que las aprovecharás en otro instante.
………………….
Fray Marcos
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Reflexíón del 4to. Domingo de Adviento.
(pinchar cita para leer evangelio)
CON ALEGRÍA Y CONFIANZA
El concilio Vaticano II presenta a María, Madre de Jesucristo, como "prototipo y modelo para la Iglesia", y la describe como mujer humilde que escucha a Dios con confianza y alegría. Desde esa misma actitud hemos de escuchar a Dios en la Iglesia actual.
«Alégrate». Es lo primero que María escucha de Dios y lo primero que hemos de escuchar también hoy. Entre nosotros falta alegría. Con frecuencia nos dejamos contagiar por la tristeza de una Iglesia envejecida y gastada. ¿Ya no es Jesús Buena Noticia? ¿No sentimos la alegría de ser sus seguidores? Cuando falta la alegría, la fe pierde frescura, la cordialidad desaparece, la amistad entre los creyentes se enfría. Todo se hace más difícil. Es urgente despertar la alegría en nuestras comunidades y recuperar la paz que Jesús nos ha dejado en herencia.
«El Señor está contigo». No es fácil la alegría en la Iglesia de nuestros días. Sólo puede nacer de la confianza en Dios. No estamos huérfanos. Vivimos invocando cada día a un Dios Padre que nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todo ser humano.
Esta Iglesia, a veces tan desconcertada y perdida, que no acierta a volver al Evangelio, no está sola. Jesús, el Buen Pastor, nos está buscando. Su Espíritu nos está atrayendo. Contamos con su aliento y comprensión. Jesús no nos ha abandonado. Con él todo es posible.
«No temas». Son muchos los miedos que nos paralizan a los seguidores de Jesús. Miedo al mundo moderno y a la secularización. Miedo a un futuro incierto. Miedo a nuestra debilidad. Miedo a la conversión al Evangelio. El miedo nos está haciendo mucho daño. Nos impide caminar hacia el futuro con esperanza. Nos encierra en la conservación estéril del pasado. Crecen nuestros fantasmas. Desaparece el realismo sano y la sensatez cristiana. Es urgente construir una Iglesia de la confianza. La fortaleza de Dios no se revela en una Iglesia poderosa sino humilde.
«Darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús». También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: contribuir a poner luz en medio de la noche. No estamos llamados a juzgar al mundo sino a sembrar esperanza. Nuestra tarea no es apagar la mecha que se extingue sino encender la fe que, en no pocos, está queriendo brotar: Dios es una pregunta que humaniza.
Desde nuestras comunidades, cada vez más pequeñas y humildes, podemos ser levadura de un mundo más sano y fraterno. Estamos en buenas manos. Dios no está en crisis. Somos nosotros los que no nos atrevemos a seguir a Jesús con alegría y confianza.
José Antonio Pagola
viernes, 9 de diciembre de 2011
Reflexión del 3er. Domingo de Adviento.
(pinchar cita para leer evangelio)
BUENAS NOTICIAS PARA PECADORES,PARA GENTE NORMALEl cuarto evangelio da gran importancia a la figura de Juan Bautista, en dos sentidos: en primer lugar, como Precursor: él es el que anuncia la presencia de Jesús; en segundo lugar, para "ponerlo en su sitio". Sin duda, los discípulos de Juan llegaron a pensar que él era "el que había de venir", y era necesario dejar claro que su misión había sido solamente ser "testigo de la luz". Pero la luz es Jesús, no Juan. De ahí la insistente proclamación de Juan: "No soy".Se dice que los enviados de Jerusalén son sacerdotes y levitas, pero luego se afirma que son fariseos. Estas afirmaciones son más bien contradictorias, y nos hacen pensar en una redacción del texto bastante lejana a medios culturales judaicos.Por otra parte, ya desde estos primeros párrafos se habla de "los judíos", como opositores (como si el Bautista, el evangelista y el mismo Jesús no fueran judíos). Se está subrayando por tanto una de las líneas de fuerza del cuarto evangelio, por otra parte ya expresada en el Prólogo: "Vino a los suyos y los suyos no le recibieron".El cuarto evangelio se escribe en una comunidad expulsada de la Sinagoga, que tiene por eso muy claro que "lo de Jesús" ha roto definitivamente con el judaísmo y es nuevo, más aún que culminación de lo antiguo.Tanto en el cuarto como en el segundo Evangelio, el Bautista es presentado por medio de citas bíblicas (del Éxodo, de Malaquías, de Isaías), de modo que Jesús es anunciado como "el que ha de venir", la culminación de todo lo anterior. Es importante reseñar que la penitencia, la conversión de los pecados que Juan predica, no son el fin, sino el medio para prepararse a la venida del Señor.Nuestro esfuerzo de purificación es un estado de atención, de mostrarse disponibles ante el Señor: se expresa en el signo exterior del bautismo. Pero todo eso es para prepararse: luego viene el Señor, que es el que salva. Nuestras acciones no nos salvan: preparan el camino al salvador, nos disponen bien para recibir la salvación.Todos los textos de estos domingos de Adviento giran en torno a los mismos temas y los repiten una y otra vez. Y con razón, porque son las actitudes básicas indispensables de cualquier seguidor de Jesús, diríamos que de cualquier persona de talante religioso.La acción de Dios y nuestra respuesta se representan siempre como un encuentro entre personas. Los dos que se encuentran, caminan para encontrarse. Dios viene, nosotros vamos, y nos encontramos. Esta manera de expresarse, en la imagen de dos que se encuentran, puede ser luego traducida a conceptos teológicos más abstractos (la libertad y la gracia, la doctrina de la justificación...) pero tales conceptos han demostrado sobradamente su insuficiencia, han creado muchos más problemas de los que han solucionado.Me parece que una de las tentaciones de la Teología Dogmática ha consistido en querer encerrar a Dios en los recipientes de nuestros conceptos. Y no cabe.Conviene más al conocimiento de Dios el modo metafórico, parabólico, que no pretende abarcar a Dios sino orientarnos en la dirección correcta, y no aspira a comprender el misterio interior de Dios mismo sino a aceptar a Dios tal como Él se nos muestra. Podríamos decir que La Palabra no nos dice cómo es Dios sino cómo se porta con nosotros. Así, la imagen de dos que se encuentran, que van al encuentro uno de otro, es más expresiva que cualquier conceptualización.Y es que, para conocer a Dios, es mejor ir a su encuentro que inventarlo. Lo encontramos donde Él se ha mostrado, en Jesús. Lo inventamos cuando nos fiamos más de nuestra razón e intentamos que sea nuestra razón la que invente a Dios. No hace falta inventarlo, ni es razonable.Jesús es para nosotros lugar de conocimiento, lugar de encuentro con Dios. "No tendrás otros dioses delante de mí, no te harás imágenes mías" siguen siendo preceptos llenos de sabiduría. La única imagen de Dios es Jesús, y el único Dios fiable es el que en Jesús se muestra. Es la piedra angular de nuestra fe: quitada esa piedra, el edificio se derrumba. Y precisamente por eso es tan importante conocer a Jesús, tal como lo conocieron los que vivieron con él.Y hoy día hemos de dar gracias a Dios porque tantos sabios estupendos nos lo han acercado. Razón por la cual quizás a otros les da mucho miedo ese conocimiento de Jesús de Nazaret.Este Jesús a quien Juan anuncia muestra a Dios con una característica especialmente definida: se dirige a los pobres, a los corazones rotos, a los cautivos. Esta será una tónica característica de Jesús. Dios no es de ni para los poderosos, los sabios, los ricos, los pontífices, ni siquiera para “los santos”. Dios es de todos y para todos; y la mayoría de estos “todos” son pobres, están cautivos, tienen roto el corazón.Demasiadas veces las religiones (la nuestra también) son de gente poderosa, de sabios y de santos. Jesús va a mostrar que la religión es de sencillos, de enfermos y de pecadores. Esta es sin duda la causa más profunda de la alegría que supone el mensaje que hoy recordamos.Tenemos acceso a Dios, no porque somos santos, ni sabios ni ricos, no aunque somos gente normal, enfermos y pecadores, sino precisamente porque somos gente normal, porque somos pecadores, porque nos aquejan muchas necesidades. Por eso, especialmente por eso, Dios está con nosotros. Es el corazón de la revelación de Jesús.Esto es lo que fundamenta el ambiente de profunda alegría que preside el Adviento como preparación de la Navidad. ¡Podemos conocer a Dios! ¡Hemos comprobado que es Él el que sale al encuentro! Navidad será ante todo la celebración de que Dios está con nosotros, para nosotros, de que la búsqueda humana de más, de más humanidad, de más sentido, está bien fundada, no está abocada al fracaso, se dirige al éxito. Jesús-Emmanuel, "Dios con nosotros, Salvador", es el resumen de nuestra fe y de nuestra esperanza.El Adviento prepara así la Buena Noticia. Hemos usado tanto esta expresión que no la valoramos. Jesús trae una noticia, una novedad, y esta novedad es buena, buenísima: es un Dios nuevo y estupendo: no es un Dios temible, lejano, propiedad de sabios, santos y poderosos. Es una madre ansiosa de todo lo mejor para sus hijos, especialmente para los más pequeños, para los que más necesitan de ella. Es la razón última de que hablemos de Buena Noticia, y de que nuestra primera respuesta sea la alegría.¿Quién nos ha robado la alegría del Adviento? ¿Quién ha vestido al Adviento con el triste color morado? ¿Quién y por qué ha transformado la alegría de saber que viene el Señor, el consolador, el que da vida, y nos ha cambiado esa alegría por el temor, las penitencias, la amenaza? ¿Quién ha convertido la Buena Noticia de Jesús en un catálogo de misteriosos conceptos abstractos y de ásperas leyes de perfección voluntarista?Hoy es un domingo para sentir y para examinar. Para sentir profundo alivio al reconocer (volver a conocer, enterarse, descubrir) a Dios, tal como Él mismo se ha dejado ver, para quedarse sorprendido, agradablemente sorprendido al comprobar que Dios es mucho mejor que lo que nos habían vendido. Y para examinar: ¿creo en ese Dios, el Dios Salvador que Jesús muestra, o sigo sometido a un ídolo que no existe? Jesús es el Libertador, y nos libera ante todo del miedo a Dios, y de los que tantas veces nos lo han predicado.Pero es también un domingo para la conversión: "anunciar la Buena Noticia a los pobres, vendar los corazones rotos, pregonar a los cautivos la libertad". Nos preguntamos: nosotros la iglesia, ¿somos buena noticia para los pobres, vendamos corazones rotos, pregonamos libertad a los cautivos?Me temo que nosotros la iglesia no nos distinguimos precisamente por eso, no preferentemente por eso. Nosotros la iglesia, en nuestras manifestaciones más públicas, no somos pregoneros de ese Dios-para-los-pobres, sino ostentación de poder, esplendores dorados y sabiduría, que no consuelan ni liberan a nadie. Nosotros la iglesia, en nuestro quehacer cotidiano, no somos un colectivo que dé esperanza al emigrante, al homosexual, a la gente de escasos recursos, a los divorciados, a los esclavizados.Hay colectivos en la iglesia que sí dan esa esperanza, pero nosotros la iglesia, especialmente la iglesia de los países ricos, como colectivo global, no somos ese signo de esperanza. Me parece que la dimensión de esperanza para los pobres es para nosotros un adjetivo, añadido porcentual a una fe más preocupada del dogma, del rito y de la norma. Y no es un adjetivo, es lo más, lo único sustantivo de los que siguen a Jesús.José Enrique Galarreta
lunes, 5 de diciembre de 2011
Reflexión de Diciembre de San Pio
Diciembre 2011
Estimados amigos de Padre Pío,
Dios nos tomó encuentra con la llegada de su Hijo Jesús. Qué estemos en vela esperando activamente recibirlo en un encuentro ahora y para siempre.
El tiempo de adviento es un tiempo de anhelos. Anhelamos por reuniones familiares, fiestas, posadas, viajes y qué comprar por la persona que amamos. La mayoría de nuestros anhelos son un testimonio de dónde está nuestro corazón en realidad. Tristemente, nos damos cuento si somos honestos, que, a pesar de lo que afirmamos, Jesús Cristo está en una fila larga de espera en nuestra lista de prioridades para la temporada navideña. No anhelamos mucho la llegada de Jesús porque no lo conocemos personalmente y porque no vemos claramente lo bueno que nos trae. Tenía y tiene que mandar adelante emisarios como Juan el Bautista, Padre Pío y los demás santos para prepararle el camino a nuestro corazón. Ojalá hubiéramos aprendido del testimonio de esos emisarios que Dios ha puesto como faros de luz a través de los siglos.
Padre Pío anhelaba mucho la llegada del Señor en la navidad. Conoció y apreció el don de la vida que el Mesías le traía. Su corazón limpio y dispuesto le capacitó de estar en vela por la llegada a Jesús y de saborear íntimamente el encuentro con el niño “Dios-entre-nosotros”. Padre Pío en su carta a su dirigida Raffaelina Cerase el 17 de diciembre 1914, expresa los anhelos en su corazón sobre la venida de Jesús a nuestra casa:
Al comienzo de la sagrada novena en honor del santo Niño Jesús, mi espíritu se ha sentido como renaciendo a nueva vida: el corazón se siente como bastante pequeño para contener los bienes celestiales; el alma se siente desfallecer del todo ante la presencia de este nuestro Dios hecho carne por nosotros. ¡¿Qué hacer para resistirse a no amarlo siempre con nuevo ardor?! Oh, acerquémonos al Niño Jesús con corazón limpio de culpa, y gustaremos qué duce y suave es amarlo. No dejaré nunca, y mucho menos en estos días santos, de suplicar al divino Niño por todos los hombres, especialmente por ti y por todas las personas que tanto amas. Le rogaré que quiera hacerte partícipe de todos los dones que tan generosamente ha derramado y que derrama cada día más en mi espíritu.
Notamos cómo Padre Pío se daba cuenta de la grandeza del Señor y como se sintió su incapacidad de recibirlo como quisiera. Esto indica una sensibilidad y receptividad profunda de parte de Padre Pío a lo que hizo Jesús por nosotros. Padre Pío anhelaba la vida y reconoció que este don fue precisamente lo que traía Jesús. Además, se sintió movido a compartir este anhelo y los dones que había recibido con otras personas, especialmente con su dirigida, Raffaelina.
Cuando recibimos algo de mucho valor, el amor verdadero reconoce que es para compartirlo con los demás. Ojalá que seamos generosos en esta manera durante este aniversario de la Encarnación y que no tengamos vergüenza de compartirlo con las personas a quienes amamos más. ¡Feliz Navidad!
Dios le bendiga a cada uno,
Fray Guillermo Trauba, OFM Cap.
Custodia de los Franciscanos Capuchinos del Norte de México.
Nuestra presencia de Capuchinos en el norte de México, será elevada a CUSTODIA, es decir, tendrá una nueva cara ante la Ordén Franciscana Capuchina y ante la Iglesia universal. Agradecemos infinitamente a Dios por este acontecimiento y agradezco como fraile menor a todas las personas que nos ayudan, que construyen con nosotros lo que somos y lo que seremos en el futuro. GRACIAS A TODOS POR SER PARTE DE NUESTROS SUEÑOS.
¡El Señor no ha hecho nada igual con ninguna nación!
sábado, 3 de diciembre de 2011
Reflexión del 2do. Domingo de Adviento
(pinchar cita para leer evangelio)
BUENA NOTICIA
A lo largo de este nuevo año litúrgico los cristianos iremos leyendo los domingos el evangelio de Marcos. Su pequeño escrito arranca con este título: «Comienza la Buena Noticia de Jesucristo, Hijo de Dios». Estas palabras nos permiten evocar algo de lo que encontraremos en su relato.
Con Jesús «comienza» algo nuevo. Es lo primero que quiere dejar claro Marcos. Todo lo anterior pertenece al pasado. Jesús es el comienzo de algo nuevo e inconfundible. En el relato, Jesús dirá que "el tiempo se ha cumplido". Con él llega la Buena Noticia de Dios.
Esto es lo que están experimentando los primeros cristianos. Quien se encuentra vitalmente con Jesús y penetra un poco en su misterio, sabe que empieza una vida nueva, algo que nunca había experimentado anteriormente.
Lo que encuentran en Jesús es una «Buena Noticia». Algo nuevo y bueno. La palabra «Evangelio» que emplea Marcos es muy frecuente entre los primeros seguidores de Jesús y expresa lo que sienten al encontrarse con él. Una sensación de liberación, alegría, seguridad y desaparición de miedos. En Jesús se encuentran con "la salvación de Dios".
Cuando alguien descubre en Jesús al Dios amigo del ser humano, el Padre de todos los pueblos, el defensor de los últimos, la esperanza de los perdidos, sabe que no encontrará una noticia mejor. Cuando conoce el proyecto de Jesús de trabajar por un mundo más humano, digno y dichoso, sabe que no podrá dedicarse a nada más grande.
Esta Buena Noticia es Jesús mismo, el protagonista del relato que va a escribir Marcos. Por eso, su intención primera no es ofrecernos doctrina sobre Jesús ni aportarnos información biográfica sobre él, sino seducirnos para que nos abramos a la Buena Noticia que sólo podremos encontrar en él.
Marcos le atribuye a Jesús dos títulos: uno típicamente judío, el otro más universal. Sin embargo reserva a los lectores alguna sorpresa. Jesús es el «Mesías» al que los judíos esperaban como liberador de su pueblo. Pero un Mesías muy diferente del líder guerrero que muchos anhelaban para destruir a los romanos. En su relato, Jesús es descrito como enviado por Dios para humanizar la vida y encauzar la historia hacia su salvación. Es la primera sorpresa.
Jesús es «Hijo de Dios», pero no dotado del poder y la gloria que algunos hubieran imaginado. Un Hijo de Dios profundamente humano, tan humano que sólo Dios puede ser así. Sólo cuando termina su vida de servicio a todos, ejecutado en una cruz, un centurión romano confiesa: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios". Es la segunda sorpresa.
José Antonio Pagola
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