domingo, 14 de julio de 2013

Reflexión del 15° Domingo del Tiempo Ordinario.




Parábola del buen samaritano. 


Haz tú lo mismo.

Hola queridos hermanos y  hermanas, paz y bien.

En este domingo hay varios temas en las lecturas que escuchamos en la Misa, los mandamientos, la misericordia, la compasión, el buen samaritano. Pero quisiera hablar del mandamiento de Dios.
Cuando escuchamos que “Dios nos da mandamientos” inmediatamente se nos viene a la mente “restricciones”, “prohibiciones”, “leyes”, sin embargo los mandamiento de Dios no son esto, son consejos de Dios para ser feliz cada uno como persona y para que todos vivamos bien. Pues si hacemos caso a los consejos de Dios viviremos en paz, en armonía, seremos felices.

Estos mandamientos, dice la primera lectura están cerca de nosotros, en nuestra mente y en nuestro corazón, por eso cuando no hacemos las cosas bien, el corazón, la conciencia nos habla como agritos diciéndonos que no hicimos bien las cosas, pues estos consejos de Dios están inscritos en nosotros.

Conocemos que son diez los mandatos de Dios, pero en el Evangelio Jesús los resume en uno, que tiene un doble compromiso, un doble amor, una doble invitación. Jesús le pregunta al hombre que le pone a prueba, que lee en la ley de Dios, y este le contesta: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo". De hecho este es el mandamiento más importante para los hombres de este tiempo. Pero Jesús nos invita con una parábola a que vayamos más haya de la ley. La ley más importante de todas es la caridad, no podemos decir que amamos a Dios a quien no vemos, sino amamos al prójimo que si vemos, esto lo dijo san Juan hace mas de mil años y sigue vigente hasta hoy, pues muchas veces nos olvidamos del prójimo, del que esta a nuestro lado. A veces nos importa más cumplir, que amar a nuestros semejantes.

Queridos hermanos y hermanas, lo más importante en la vida cristiana, en el seguimiento de Cristo es amar, no seguimos unos ritos, una doctrina, sino a una persona que se llama Cristo, y esta persona  nos enseña como amar, como tener compasión, que siempre hay que tener misericordia. En ocasiones cumplimos con ir a Misa, pero no queremos cumplir con las obligaciones cotidianas. Una madre de familia es “buena samaritana” cuando pone primero que todo a Dios sirviendo a sus hijos y a su esposo, y después va a Misa, un hijo es un “buen samaritano” cuando obedece y hace feliz a sus padres, no solo se trata de cantar o servir en un grupo de la Iglesia sino de ser coherente, es decir, ser bueno en la Iglesia y es la vida cotidiana. Lo importante es tener en cuenta que la vida de fe y la vida cotidiana esta conectada, vinculada una de otra.

Este domingo es una buena ocasión, para preguntarnos si nuestra fe y amor a los demás, están de acuerdo. Ser cristiano hoy, significa cumplir esta ley de amor, una ley que no esclaviza, sino que libera. Jesús ya nos enseño como ser buen samaritano, pues el lo fue, entonces hermanos y hermanas, hagamos lo mismo.

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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