sábado, 13 de diciembre de 2014

Homilía del 2do. Domingo de Adviento.

Del libro de Isaías 11: 1-10.

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor.

No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea.

La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.
"NO JUZGARÁ POR APARIENCIAS"

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

En la mayoría de las ocasiones solemos equivocarnos a la hora de juzgar, y como cada rato nos equivocamos, es mejor no juzgar y dejarle a Dios, quien tiene el único poder de hacerlo con rectitud, esto de juzgar. Pero veamos porque Dios es tan justo a la hora de juzgar.

Sabemos de ante mano que "el vástago del tronco de Jesé" del que habla Isaías es el mismo Hijo de Dios, Jesucristo. El hace esta profecía pero con clara referencia a Jesús (Dios salva), para el Emmanuel (Dios con nosotros); pues en el antiguo Israel habían muchos que se dedicaban a impartir justicia, las instituciones judías por ser humanas también se equivocaban, daban fallos en favor de los poderosos, de los ricos y dejaban de lado al podre, al que no tenia posibilidad. Aunque sabemos que hubieron personajes y jueces justos, comprometidos, como el Rey Salomón y otros jueces que los atestigua el libro de a Biblia que lleva este mismo nombre.

La profecía de Isaías quiere ser una esperanza frente a estas injusticias que sufría el pueblo de Israel, con esto les decía: aunque hayan quienes imparten justicia de una forma deshonesta y a su conveniencia, va a ver uno que "no juzgará por apariencias ni sentenciará solo de oídas". Isaías invitaba a tener paciencia y a no caer en desesperanza, invitaba a no claudicar en la lucha por un mundo más justo. Y la forma de desenmascarar el juicio de los injustos es es por su propia boca, por sus propias obras, y lo dice así: "Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios". 

No quiero hacer una conexión con lo que esta pasando en nuestro México, pero es imposible, pues todo lo que he hablado anteriormente ustedes mismo lo relacionaran con los hechos que hemos vivido desde hace varios años. Pero si lo hacen quiero darles ánimos como lo hace el profeta con su pueblo. No confiemos en el gobierno, en las instituciones, en la religiones, en las estructuras, todos somos responsables de lo que ahora sufrimos y es hora de cambiar con pequeñas acciones. Hay que luchar con lo que tengamos que luchar juntos como sociedad, como organizaciones, pero no olvidemos el potencial del bien que podemos hacer como personas particulares, desde una actitud positiva, generosa, propositiva, inteligente, creativa y en nuestro caso, también evangélica.

Seamos cristianos de verdad, que no juzgan por apariencia, que se informan, que tratan de llamar al Espíritu de Dios para tomar decisiones, para hacer, cambios, para hablar de mejorar con propuestas concretas. No seamos del montón, mediatizados, que responden por impulsos o por vídeos viscerales de las redes sociales. Solo así sucederá lo impensable como dice Isaías: "Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea"


¡¡ Gloria a Jesucristo, el Señor !!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.


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