Y les dijo: estaba escrito
que el Mesías tenia que morir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y
que en su nombre se anunciaría a todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén, la conversión y el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de
estas cosas. Por mi parte, les voy a enviar el don prometido por mi Padre.
Ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene
de lo alto.
Después los llevó fuera de
la ciudad hasta un lugar cercano a Betania y, alzando las manos, los bendijo. Y
mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos después
de postrarse ante Él, regresaron a Jerusalén con gran alegría. Y estaban
continuamente en el templo bendiciendo a Dios.
EL SIGNO DE
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR.
Hola hermanos y hermanas, este
domingo de la fiesta de la Ascensión de Jesús a los cielos, habría que
preguntarnos, que significa este acontecimiento para nosotros que lo seguimos
por su misma vida, pues su vida es siempre un signo para nosotros de lo que
podemos hacer con nuestra propia vida. Su vida es como el camino por donde
llegaremos al cielo, de donde salió Él y a donde volvió después de cumplir con
su misión.
Decimos que la cabeza de la Iglesia
es Cristo, pues bien si también nosotros somos su cuerpo místico, a donde llegó
la cabeza tiene que llegar el cuerpo. La Ascensión a los cielos de Jesús es un
signo de que es haya donde tenemos que llegar nosotros, sin embargo podemos ya
desde ahora, aun estando en el mundo, vivir en el cielo si queremos, pues la
plenitud de la vida o la vida plena, es esta vida y la vida futura. Pero ¿Cómo
podemos vivir en el cielo desde ahora, si nuestro mundo esta como si fuera un
infierno?, esta pregunta puede ser pensada por todos nosotros, pues las cosas
no son fáciles hoy en día. Sin embargo las cosas difíciles han estado presentes
en todos los tiempos en nuestro mundo, (aunque hoy con la técnica y los avances
científicos son más complicados nuestros problemas y dificultades, se supone
que deberíamos de estar más bien) ha habido personas como nosotros que han
sabido vivir en el cielo, a pesar que hayan vivido un verdadero infierno,
muchos son los que llamamos santos, otros que no son santos reconocidos pero
que vivieron en el amor y dando amor.
Si hermanos y hermanas, es posible
vivir ya el cielo en la tierra, si seguimos a Jesús por su senda, por la senda
de la humildad, de la pobreza y del amor. Nuestras complicaciones en la vida es
porque nos sentimos más que los demás, por eso quiero un carro de este tipo
para apantallar a los demás, quiero cosas para llenar mi vació interior, pero
nunca se llena el vació del alma con cosas materiales, el vació del alama se
llena con Dios; también sufrimos porque queremos que nos amen los demás y no
nos damos cuenta que somos nosotros los que debemos amar con toda la intensidad
del mundo.
Jesús sube al cielo, pero esta
siempre con nosotros porque nos mandó su Espíritu para consolarnos, para
ayudarnos a ser verdaderamente seres humanos, antes que ser cristianos tenemos
que ser humanos. Nos ayuda con su Espíritu=Amor, a ser humildes, pobres y
amorosos, y así ser felices.
Queridos hermanos y hermanas, Jesús
esta en nosotros y vive con nosotros en nuestro ser, y Él utiliza todo nuestro
ser para dar a conocer su amor, su mensaje de amor, su humildad, su verdadera
riqueza que es la pobreza. Si no nosotros no estamos disponibles a realizar la
misión que el nos da, ¿Quién les dará a conocer a los demás lo que Jesús es y
puede hacer en sus vidas? Somos como un instrumento de orquesta, que necesita
ser afinado antes de que se ejecute una gran pieza, y lo que sale del
instrumento es la pericia, la sabiduría del que lo toca.
Seamos instrumentos de Dios, de
Jesús, que sigue haciendo su misión a través de todos los que somos bautizados,
y si queremos vivir nuestro cielo ya desde ahora, animémonos a vivir como Él,
como muchas personas que han vivido la plenitud de la vida ya desde ahora.
Saquemos de nosotros el desanimo, la negatividad y las envidias que tanto nos
hacen mal, y seamos comprensivos, amorosos, positivos y cristianos alegres que
siguen a Cristo hasta la patria celestial.
Paz y bien,
buen domingo.
Fray Juan Gerardo Morga,
OFMCap.
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