domingo, 9 de marzo de 2014

Homilía del 1er. Domingo de Cuaresma.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos: 5, 12-19.

Así como por un hombre penetró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte, así también la muerte se extendió a toda la humanidad, ya que todos pecaron.

Antes de llegar la ley, el pecado ya estaba en el mundo; pero, como no había ley, el pecado no se tenía en cuenta.Con todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, también sobre los que no habían pecado imitando la desobediencia de Adán —que es figura del que había de venir—. Pero el don no es como el delito. Porque si por el delito de uno murieron todos, mucho más abundantes se ofrecerán a todos el favor y el don de Dios, por el favor de un solo hombre, Jesucristo.

El don no es equivalente al pecado de uno. Ya que por un solo pecado vino la condena, pero por el don de Dios los hombres son declarados libres de sus muchos pecados. En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte, con mayor razón, por medio de uno, Jesucristo, reinarán y vivirán los que reciben abundantemente la gracia y el don de la justicia.

Así pues, como por el delito de uno se extiende la condena a toda la humanidad, así por el acto de justicia de uno solo se extiende a todos los hombres la sentencia que concede la vida. Como por la desobediencia de uno todos resultaron pecadores, así por la obediencia de uno todos resultarán justos.
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La tentación, buena o mala.

Hola queridos hermanos y hermanas, paz y bien.

Les saludo deseándoles que esta cuaresma sea un tiempo de preparación a la Pascua de la Resurrección del Señor, pues la cuaresma no es una preparación a la semana santa sino a la Pascua. Este domingo el tema principal es las tentaciones y el pecado. ¿Pero sabemos que son las tentaciones y el pecado? ¿son malas o buenas las tentaciones?

Las tentaciones son pruebas que nos pone el maligno, son ocasiones para que pequemos o no, es como cuando la novia le pregunta al novio: "me amas", y el novio tiene que responder: "si, te amo", a veces lo hace con toda sinceridad y a veces por compromiso. Las tentaciones nos ayudan a reafirmar nuestra adhesión a Dios si la resistimos, pero si no la resistimos solo nos sirve para caer una y otra vez en el mismo error. La tentación no es mala, el pecado si, porque con él nos apartamos de Dios, nos apartamos de su amor, nos apartamos del camino del bien para el que fuimos creados. 

En la primera lectura del libro del Génesis se narra la tentación y el pecado de Adán, pero ¿cual fue la tentación y el pecado del hombre hecho de tierra (adan) con aliento de vida (eva)? Es la misma tentación y el mismos pecado al cual Jesús resistió en el Evangelio de hoy. Jesús resiste a la tentación del poder, de la fama y de la posesión, cuando la serpiente le dice a Eva que no moriría sino que sería como Dios, en ese momento esta la tentación de tener el mismo poder que Dios, y es por esto que el demonio es desterrado de la presencia de Dios, cuando la serpiente engaña al la mujer de que poseería el saber allí esta la tentación de poseer. 

Todos caemos en la tentación de poder, de fama y de tener, que son como el resumen de todas las tentaciones, lo malo no es que tengamos tentaciones o no, lo malo es que no resistamos a la tentación, no tengamos miedo a la tentación, pidamos la ayuda, la fuerza de Dios para esos momentos. Todos somos pecadores, pues como dice esta lectura de san Pablo a los romanos, el pecado entro por un solo hombre, pero por un solo hombre entro la salvación, Jesucristo nuestro Señor. Por eso cuando escuches en tu interior, cuando sientas la moción de que eres un pecador sin remedio, de que eres una persona que no vale nada, de que no hay esperanza para ti, recuerda que no puede ser Dios, pues Dios (Jesús) ama al pecador, y no quiere su muerte, no quiere su destrucción, no quiere que pague, por eso pagó por nosotros al estar en la cruz, es el diablo el que nos quiere ver derrotados, tristes, sin remedio, quiere vernos crucificados, sufriendo, caídos.

Si, hermanos y hermanas, digamos no a la tentación del mal de vernos sumidos en la tristeza, en el poso profundo, en la desesperación, en el pecado, y siempre reconozcamos que Dios nos ama, digamos como el salmista "misericordia, Señor, hemos pecado" y pidamos su ayuda para salir del mal, si lo estamos, no nos venzamos, no somos pecadores que no tenemos remedio, siempre podemos ser mejor. 

Animo a todos en este camino de preparación, no nos cansemos de pedir perdón a Dios pues él nunca se cansa de perdonarnos, nunca dudemos del amor de Dios, pues si por un hombre entro el pecado en el mundo (Adán) por uno también nos vino la salvación (Jesucristo). Somos un pueblo en marcha, animo hermanos y hermanas, no tengamos miedo de la tentación o del pecado, tengamos miedo de quedarnos tirados, en el poso, de quedarnos derrotados. 

¡Feliz domingo!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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