sábado, 26 de julio de 2014

Homilía del 16ª Domingo del Tiempo Ordinario.

De la carta del San Pablo a los Romanos 8,26-27.
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.

Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina.
 
HHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
 
¿Por qué Dios no cumple lo que le pido?
 
Hola hermanos y hermanas, paz y bien.
 
 
Una vez vino a mi encuentro una mujer muy afligida y me dijo: "fray le he pedido a Dios que mi madre sane del cáncer que tiene, pero no me ha hecho caso y ahora esta muriendo", trate de consolarla y le pregunte para que pedía la recuperación de su madre y me contesto: "para tenerla más tiempo conmigo, no puedo imaginar la vida sin ella". También me dijo que su madre había sido una gran madre, una buena esposa, que no vivía mucho la fe, pero que era mejor persona que todas esas que van a la Iglesia.
 
Entonces le empecé a persuadir de que su petición fuera distinta, que en lugar de pedirle a Dios que le dejara a su mama por más tiempo que la dejara ir, que la entregará a Dios que es el dueño de la vida. Además le dije que no fuera egoísta, que tal vez su madre había terminado su misión y que ahora tenia que ir a recoger su premio en el cielo, que no había otra cosa más bonita que ver el rostro de Dios después de haber llevado una vida feliz. Mejor pide que se haga la voluntad de Dios sobre tu mamá, y no pidas retenerla contigo por más tiempo. Después que platicamos se fue a su casa más tranquila, disfruto a su mamá durante un mes más pero con una nueva forma aprovechando cada momento como si fuera una eternidad. Después de algún tiempo me agradeció por eso.
 
Creo que por eso san Pablo decía que no sabemos pedir lo que nos conviene, y que es necesario que pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a pedir, pues no sabemos que pedir o lo pedimos de la forma incorrecta. Dios no es un cumple caprichos, no es Aladino, no es nuestro esclavo para que haga lo que queramos. El es nuestro Padre, un Padre amoroso que nos ayuda en la vida que el mismo nos ha dado; "que nos ayuda", no que nos resuelve nuestro problemas, nuestros caprichos.
 
Dice san Pablo que debemos de saber que le pedimos, y es cierto, tenemos que tener cuidado con lo que pedimos a Dios, pues Él cumple de una forma u otra, en un tiempo o en otro, a veces no con las características que le pedimos, para darnos una lección a nosotros que nos creemos "diocesitos".
 
Hermanos y hermanas, somos sus hijos gracias a Jesús, el Hijo que se hizo hombre. Somos creatura de Dios y no al revés. No son las escopetas las que tiran a los pájaros. Pidamos, antes de pedir algo a Dios, que su mismo Espíritu nos asista para que nos diga las palabras, para que nos inspire la forma correcta con la que le pediremos al Padre por medio del Hijo nuestro hermano. 
 
¡Buen domingo!
 
Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.
 

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