lunes, 14 de septiembre de 2015

Homilía del XXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.

Del libro del profeta Isaías. 50, 5-9.

El Señor me abrió el oído: yo no me resistí ni me eché atrás:ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que me arrancaban la barba; no me tapé el rostro ante ultrajes y salivazos. El Señor me ayuda, por eso no me acobardaba; por eso endurecí el rostro como piedra, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Miren, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará? Miren, todos se gastan como ropa, los roe la polilla.

¡LOS PROBLEMAS NO SON NADA 
SI NO NOS FALTA DIOS!

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.

En muchas ocasiones nos vemos abrumados, incluso rebasados por los problemas de la vida diaria. Pero los problemas que nos calan más no son los de la inseguridad o la violencia en nuestro país y en el mundo, las relaciones interpersonales, la desintegración familiar, entre otro males o problemas, sino los problemas que tienen que ver con el ser humano individual, particular, los problemas que tienen que ver con traumas personales, cosas (pecados) que cargamos con las que tenemos que vivir y superarlas con la ayuda de Dios. 

Los problemas externos son solo efectos de los traumas personales, de los errores que nos acompañaran hasta el final de nuestras vidas, Jesús en el evangelio nos dice que renunciemos a nosotros mismos, carguemos con la cruz y que lo sigamos. También en esta lectura, la primera de la misa, el mensaje central esta en que a pesar de los los problemas no hay que acobardarse, Dios esta con nosotros, comparece junto a nosotros, si Él nos ayuda no hay a que temer.

Pero Jesús como siempre tiene soluciones concretas, y las resumo en tres este domingo:

º CONFESAR: esta se encuentra en el hecho de que Jesús dice en el evangelio "renuncia a ti mismo". Esto significa que no confíes en nadie, ni siquiera en ti mismo para resolver o disminuir el problema y que recurramos primero a Dios y después Dios mismo nos dará la confianza que necesitamos para resolverlo. Solo si estamos conscientes de que solo Dios nos puede ayudar, de que solo Él y con Él podemos salir adelante. Como decía el salmo de hoy, "solo Él nos salva..." solo Él nos saca de la oscuridad, de la muerte, del desanimo que provocan los problemas personales y los externos.

º CONSTRUIR: A pesar de los problemas tenemos que seguir construyendo, teniendo una actitud positiva, con una actitud valiente y a pesar de todo Jesús nos ayuda con nuestras cruces, por eso Jesús nos dice: "carga con tu cruz", cargar la cruz no es algo así como masoquismo, como sufrimiento sin sentido. Cargar la Cruz de Cristo es una actitud de vida, abrazar la vida con todo lo que encierra, con grandes alegrías pero con algunos sufrimientos, contra la mentalidad mundana de no querer sufrir, de que todo tiene que ser fácil, de que no debe costar nada, que se resume en una mentalidad hedonista (de confort), pues si vemos así la vida, nos volvemos unos ilusos, perdemos piso y nuestra vida puede convertirse en una vida vivida en la mentira, en la pesadumbre destructiva, en el desanimo que solo acaba con la vida. Hermanos y hermanas debemos construir a pesar de todo, después del terremoto del ´85 en México hubo una reconstrucción jamas vista en nuestro país. ¿porque no queremos seguir construyendo si después de la crucifixión del Señor, Él hizo nuevo todo? ¿porque no queremos pasar por la cruz para llegar a la luz?

º CAMINAR: La vida cristiana no es otra cosa que CAMINAR, pues Jesús en el evangelio nos dice "sigueme" y este mandato tiene implícito CAMINAR. Pero este caminar tiene varios aristas. Seguir a Jesús no es fácil, pues hay que "renunciar a si mismo, tomar la cruz de cada día...", se vuelve más fácil cada vez que lo hacemos, entonces debemos de estar conscientes de que hay que renovar esto cada día. Caminar es seguir confesando y seguir construyendo a pesar de todo, si uno se queda parado se vuelve poste y el perrito llega y hace lo que hace con el poste. Cuando nos detenemos no tenemos como enfrentar lor problemas de la vida, es algo así como cuando no tenemos defensas en nuestro cuerpo y nos dan las enfermedades. 

Creo que todos podemos ponemos en practica estos verbos y no desanimar en la aventura de la vida, y de la vida de la fe. No seamos ilusos, no seamos negativos ante la vida, CAMINEMOS, CONSTRUYAMOS Y CONFESEMOS a Jesús y a Jesús crucificado. Exclamemos día a día como dice la primera lectura de hoy: "Miren, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará?"


¡Buen domingo!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.


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