lunes, 15 de octubre de 2012

Reflexión del Domingo XXVII del tiempo Ordnario


DIVORCIO DE VIDA.
Por Fray Juan Gerardo Morga.

Este domingo el tema principal es el divorcio. Cuando hablamos del divorcio pensamos rápidamente que se trata de dos personas casadas que después de un tiempo por la incomprensión de uno y otro llegan a separarse. Es correcta la noción que tenemos del divorcio, sin embargo antes de que se de un divorcio, se ha dado un divorcio personal en el interior de las personas, incluso el divorcio se puede aplicar a personas casadas o no, veamos de que se trata esto que digo.
Sin duda el divorcio se da por la incomprensión en el matrimonio, o porque alguno de los esposos es incompetente para mantener una relación estable, pero la mayoría de los divorcios se dan por la separación o incoherencia de las personas, es decir, la persona dice una cosa pero hace otra. Por ejemplo, dice el esposo que quiere mucho a su esposa, pero tiene una o dos amantes; o la esposa dice que ama tanto a su esposo que es capaz de cualquier cosa, sin embargo cuando hay una dificultad no tan fuerte como la infidelidad quiere la separación. Sin duda divorcio quiere decir separación, separación entre dos cosas, dos personas, dos situaciones que deben ir juntas. Cuando el divorcio o la separación se ha efectuado en dos personas, como decía al inicio, ya se ha efectuado antes una separación en la persona, es decir, ya ha habido un divorcio en sus interés, en sus sentimientos, en su forma de llevar su matrimonio, y la otra persona intuye y se da cuenta de esto cuando dice “nada es como antes”.
Estamos hablando de matrimonio, pero al entrar en el contexto individual, también los consagrados, que no se casan, caben aquí, o los que no se han casado aún. Me refiero a la incoherencia de vida. Un religioso o consagrado, sacerdote, laico comprometido, puede ser muy piadoso en el templo y sin embargo no lo es en los ambientes en los que se desenvuelve cotidianamente, puede creer y ser muy devoto a la Eucaristía, sin embargo no puede descubrir en su hermano que Dios esta tan presente como lo esta en la Eucaristía, puede ser un hombre o una mujer orante, sin embargo puede actuar de una manera no muy evangélica. También puede haber divorcio en el ambiente político, por ejemplo, un político puede prometer muchas cosas a la población para que voten por él, sin embargo cuando esta en el poder se olvida de los compromisos que hace.
En nuestra propia vida también tenemos varios divorcios, decimos una cosa, pero hacemos otra. Cuando nos comprometemos a cosas y no cumplimos, también cuando queremos a alguien, pero  no queremos el compromiso que conlleva el amor. 

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