sábado, 10 de agosto de 2013

Reflexion del 19° Domingo del tiempo Ordinario.



LUCAS 12, 32-48

No temas, rebaño pequeño, que es decisión de vuestro Padre reinar de hecho entre vosotros. (Hoy se permite reducir el texto: 32-40).


LUCAS 12, 32-48 Rester actif dans l'attente

N'aie pas peur, petit troupeau! Car il a plu à votre Père de vous donner le *royaume.


LUCAS 12, 32-48 Treasures in Heaven

My little group of disciples, don't be afraid! Your Father wants to give you the kingdom.


LUCAS 12, 32-48 Prontidão para o Serviço

Não tenham medo, pequeno rebanho, pois foi do agrado do Pai dar-lhes o Reino
.

¡Estar alertas!

Hola hermanos y hermanas, Paz y bien.

La semana pasada Jesús nos enseñaba como usar bien de los bienes o de los dones materiales que la vida nos da, nos enseñaba que todo lo que tenemos viene de Dios y que esas cosas no son más importantes que Él aunque a veces pareciera. Hoy el tema principal del evangelio y de la liturgia de este domingo nos hablan de la importancia de la vigilancia, de estar despiertos, atentos.

Muchas veces en nuestra vida perdemos de vista que es lo importante, por eso Jesús decía en el Evangelio del domingo pasado, que la cosa más importante es aquel que da las riquezas, los bienes materiales y que también el compartir nos hace mejor, no importa cuanto compartamos sino que lo hagamos, pues entre más compartimos más va creciendo en nosotros nuestra capacidad de dar y nuestro corazón se va haciendo más acogedor a todos. Hoy Jesús nos invita a estar con los ojos bien abiertos, pues es fácil desviar la mirada, distraernos. Nuestra vida cristiana es como cuando conducimos un coche, tenemos que estar en cinco sentidos para conducirlo bien, con seguridad y para llegar sanos y salvos al destino, por el camino hay muchos anuncios espectaculares que nos distraen, situaciones que atrapan nuestra atención, pero si queremos manejar correctamente tenemos que concentrarnos bien. Así pasa con nuestra vida cristiana, muchas veces hay distracciones y perdemos de vista el destino, muchas veces nos agobian las situaciones que se nos presentan en nuestra vida, por eso es importante ir, por el camino de la vida, con los ojos bien abiertos, vigilantes, alertas, para no dejar pasar ninguna oportunidad de Dios.

En el Evangelio de hoy también se nos invita a compartir y a guardar bienes que no son efímeros, como pueden ser el tiempo que gastamos en cuidar a un enfermos, la atención que ponemos a un familiar anciano, la ayuda que prestamos a un hermano o hermana que nos necesita. Estos son bienes que nos guardamos para la vida eterna. Es fácil perdernos en este mundo de cambios tan rápidos, de la tecnología que cada vez avanza con más rapidez, donde todo es fácil. Pero lo realmente importante, hermanos y hermanas es estar atentos, despiertos, para discernir que es lo esencial, lo más importante en nuestras vidas.

"Donde esta tu tesoro ahí estará tu corazón", en esta frase encontramos una enseñanza muy valiosa. Si ponemos nuestro corazón en cosas sin sentido nuestro tesoro, es decir, lo valioso de nuestra vida serán las cosas sin sentido, pero si ponemos el corazón en las cosas con sentido, que valen en realidad, nuestra vida tendrá sentido y la viviremos con un realismo que asustará a las personas que nos rodean. Es muy triste ver cuantos jóvenes viven sin ilusión, sin sentido, o como muertos en vida, y es porque han puesto el corazón en un tesoro que no es Dios, sino que es el dinero, el poder, el placer. Y estas cosas no son malas, como vimos el domingo anterior, sino el uso que hacemos de ellas son las que nos hacen mal a nosotros y provocan maldad en las personas que nos rodean.

No nos confundamos, hermanos y hermanas, la única oportunidad para hacer el bien al que estamos llamados a hacer, porque somos hijos de un Dios bueno, es esta vida. La única oportunidad de estar con Dios, de estar con nuestros hermanos es esta vida. Estemos vigilantes por que lo que hacemos aquí tendrá repercusión en la vida plena, si nosotros recibimos de Dios muchos bienes el nos pedirá que nos hagamos responsables de estos dones y si los compartimos con los demás. No tengamos miedo, como dice al principio de este Evangelio, animémonos a hacer el bien, a hacer obras que beneficien a muchos hermanos nuestros, no tengamos miedo de ser vigilantes de nuestras vidas y de la vida que Dios ha dado al mundo. Cada vez que nos responsabilizamos por dar vida, escuchando, amando, ayudando, estamos haciendo presente al mismo Dios.

Estemos vigilantes, estemos alerta para no perder de vista lo importante. Ayudemos a los demás y no desperdiciemos la vida con nuestros egoísmos, pues cuando estemos cara a cara con Dios nos juzgará en el amor, por amor que hayamos dado a los demás.

¡¡¡¡Buen domingo, sean felices haciendo el bien!!!!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario