domingo, 18 de agosto de 2013

Homilía del 20° Domingo del Tiempo Ordinario.



LUCAS 12, 49-53

Fuego he venido a lanzar a la tierra, y ¡cómo deseo que hubiese prendido ya!


LUCAS 12, 49-53 La division et le jugement

Je suis venu jeter un feu sur la terre; comme je voudrais qu'il soit déjà allumé!


LUCAS 12, 49-53 Not Peace, but Trouble

I came to set fire to the earth, and I wish it were already on fire!


LUCAS 12, 49-53 Jesus Não Traz Paz, mas Divisão

Vim trazer fogo à terra, e como gostaria que já estivesse aceso!

LA PAZ SOLO SE CONQUISTA LUCHANDO, LA CARRERA SE GANA CORRIENDO A LA META.


Paz y bien hermanos y hermanas.

Las lecturas de este domingo nos invitan a luchar con valentía en la vida, a conseguir la verdadera paz. San Pablo y Jesús nos dicen que no es fácil, pero que si queremos conseguir la verdadera paz o llagar a la meta, a la victoria, es necesario correr la carrera y luchar la guerra.

Es muy interesante las figuras que Pablo y Jesús proponen para la reflexión de este domingo, uno dice que la vida, que nuestra vida cristiana se parece a una carrera, pues en el camino hay siempre obstáculos que pasar, hay cansancio, hay miedos, hay desanimo, pero dice que hay que correrla y llegar hasta el fin, por otro lado no se puede correr con muchas cosas puestas, a veces en nuestras vidas vamos cargando con cosas pesadas de las cuales no queremos liberarnos, cargamos con la culpabilidad de pecados pasados y que ya hemos confesado, cargamos con traumas personales, con problemas o vicios que no podemos dejar, cargamos con nuestra falta de amor y exigimos que nos amen, sin embargo no estamos dispuestos a amar de verdad, es decir, sin interés. En ocasiones también perdemos la mirada de la meta, nos agobian las dificultades que se nos presentan en el camino, Jesús es la meta y el camino, solo confiando en Él y teniendo la mirada en Él, en lo que Él hizo podemos ser victoriosos, pues la vida cristina es correr la carrera que ya realizó Jesús.

San Lucas, en el Evangelio, pone en boca de Jesús otro ejemplo para vivir nuestra vida cristiana. Todos en esta vida queremos vivir en paz, queremos vivir felices, en armonía, pero pareciera que esto es imposible, pues parece que el mundo en que vivimos le gusta lo contrario. Jesús nos enseña que para que haya paz es necesario que antes tuvo que haber una guerra, por eso dice “yo no he venido a traer la paz, sino la guerra”. Muchas personas le decían al Papa Juan XXIII, que será canonizado junto con Juan Pablo II en fechas próximas, que en el se veía un hombre de paz, y él respondía que para tener paz tenia que haber una guerra en el corazón, y es cierto hermanos y hermanas, solo quien ha luchado, quien ha peleado, puede obtener la paz, pues después de la guerra viene la paz, después de la tempestad viene la calma. En ocasiones pensamos que la paz es pasividad, y Jesús nos enseña que es necesario permanecer en movimiento, que lo que te mantiene en el camino es la lucha, que lo que se consigue después de haber luchado es la satisfacción y el placer de haberlo hecho. No hay paz sin guerra, no hay victoria sin lucha, no hay honor sin haber corrido la carrera.

Cuantos amigos nuestros han claudicado, se han desanimado a lo largo de la carrera, cuantos cristianos se dan por vencidos a la primera batalla. Tenemos miedo de ser derrotados, de que digan y piensen que no pudimos, y nos encontramos muchas veces paralizados, tenemos miedo de deshacer nuestros proyectos, nuestros planes, nuestra vida para rehacerla a la forma de Cristo. No nos gusta que nos vean como fracasados, no nos gusta que nos critiquen por que vivimos conforme a lo que Jesús aconseja,  preferimos vivir como siempre para que no hablen, preferimos vivir como los otros quieren para no ser criticados.

El hijo no quiere llevarle la contra al papa y prefiere hacerle como dice papa, el papa no quiere llevar la contra al hijo y nunca le llama la atención de las cosas malas. La mamá alcahuetea al hijo o  la hija y no permite que crezca. El Papa Francisco decía hace unos días, que a él le da miedo que los jóvenes no sean rebeldes, que no cuestionen, pues un joven así esta destinado a ser relegado o marginado, por lo que invitaba a ser inconformes, a llevar la contra de un sistema que nos propone que lo más importante es lo material, el dinero, la producción, el consumismo. El sistema dominante nos enseña que tenemos que desechar a los ancianos porque no produce, a los jóvenes por que son irresponsables, como cuando tiramos la comida que no nos terminamos. Todos los que nos llamamos cristianos estamos llamados como Jesús, a no estar de acuerdo con el sistema dominante, y si eso nos acarrea muchos problemas e incluso la muerte. Tengamos la valentía para ir contra corriente, como el salmón, no pesemos que ser pacíficos es no decir nada, no aportar nada, no decir nada ante el mal que se hace. Ser pacíficos es luchar contra las injusticias, pues solo cuando haya verdadera justicia, habrá verdadera paz.

No tengamos miedo de expresar nuestra fe en Cristo, no tengamos miedo de decir nuestras opiniones respecto a temas que nos atañen a todos, no tengamos miedo a ser criticados por que pensamos diferente, al contrario, hay que estar consientes de que ser seguidor de Cristo es ir contra corriente, y aceptando los problemas que se nos vienen por ser  verdadero cristiano.

¡¡¡¡ Buen domingo y a disfrutar la vida, siendo rebeldes con causa, a correr la carrera y luchar en la guerra de la vida con valentía y entereza !!!!


Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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