lunes, 18 de agosto de 2014

Homilia del 20º Domingo del Tiempo Ordinario.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos. 11, 13-15. 29-32.


Ahora me dirijo a ustedes, los paganos: Dado que soy apóstol de los paganos, hago honor a mi ministerio, para dar celos a mis hermanos de raza y salvar así a algunos. Porque, si su rechazo ha significado la reconciliación del mundo, ¿qué será su aceptación, sino una especie de resurrección? Porque los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

En efecto, ustedes antes eran enemigos de Dios, y ahora, por la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia, de la misma manera ahora que ustedes han alcanzado misericordia ellos desobedecen, pero un día también ellos alcanzarán misericordia. Porque Dios ha encerrado a todos en la desobediencia para apiadarse de todos.
 
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Dios ha encerrado a todos en la desobediencia para apiadarse de todos.
 
Hola hermanos y hermanas, les deseo todo bien en Jesús.

Todos somos desobedientes, todos nos hemos equivocado cuando no obedecemos o no confiamos en Dios. Todos nos revelamos del poder factico de los poderosos, incluso pensamos que nuestros padres, o los mismos padres piensan que tienen le poder de manipular, incluso de hacer con sus hijos lo que sea, sin embargo no es así. No hemos comprendido bien esto del poder, del tener o del placer.
 
El único poder que Dios utiliza, lo utiliza para nuestro bien, es decir, Dios no utiliza el poder como nosotros los seres humanos. Nosotros utilizamos el poder para humillar, para desprestigiar, para destruir, incluso dentro de la Iglesia el poder es utilizado por muchos para fines realmente mezquinos. Dios por el contrario utiliza el poder para servir. Él tenia todo el poder para sacarnos al genero humano de la jugada por la desobediencia de los primeros en el Edén, sin embargo, tuvo paciencia y en nuestra era envió a su Hijo para que sirviera como rescate de todos los seres humanos. Incluso cuando vino su hijo algunos no creyeron que era el Hijo de Dios, tanto así que lo atestigua Pablo en esta segunda lectura que leemos este domingo, "los suyos no lo recibieron", no le creyeron, incluso ¿Cuántos cristianos hoy, cuántos católicos le creen realmente a Jesús? creo que muchos pero no todos los que decimos creer en Él.
 
Pero él sigue teniendo paciencia, y sigue utilizando el poder, todo el poder, es más su poder del cual derivan todos los poderes humanos y sobre humanos, naturales y sobre naturales. Todo su poder lo pone al servicio de la creatura que más ama, que somos nosotros, y "ha encerrado a todos en la desobediencia para apiadarse de todos". Ahora mismo nos incluye a todos en la desobediencia para poder compadecerse de todos, sin embargo no se compadece del que no se arrepiente, así que si estas utilizando mal el poder que te ha dado Dios, si estas utilizando mal tu poder de padre, de madre, de gobernante, de político, de sacerdote, de religiosa, de laico comprometido, cualquier otro poder factico, es hora de arrepentirnos para empezar a hacer las cosas bien.
 
El Papa Francisco, que es un Papa muy cercano, un papa que cae bien; dijo en el inicio de su pontificado que el poder, que "el único poder del papa era servir" y así se refirió a cualquier poder humano que si no existe para servir no merece ser llamado poder. Es pronunciamiento del Papa en su homilía aludía no solo al poder político, al poder que se ejerce en ambientes de poder de los gobiernos de los países, también se refería al poder eclesiástico, de un cardenal, de un obispo, de algún sacerdote, de un laico que cree que por tener poder puede hacer lo que quiera y puede pisotear a quien quiera. Creo que no hay otro lugar donde las personas no perdonen los abusos de poder, más que la Iglesia, y es por esto que muchos hermanos dejan la fe, los mismos sacerdotes desviamos el discurso de una Iglesia servidora a ejemplo de Jesús, a una Iglesia poderosa que se mancha, que se alía con poderes terrenos y se olvida de los que sufren. Cierto que la Iglesia ayuda en muchas cosas, pero creo que falta conciencia de servicio en algunos de los que ejercemos el poder desde la jerarquía. Me da pena cuando me encuentro con sacerdotes que piensan que pueden hacer y deshacer en su parroquia sin escuchar a los fieles, sin escuchar a sus colegas sacerdotes, sin escuchar a su obispo y sin escuchar, creo que esto es más grave, a Dios en la oración.
 
Agradezcamos a Jesús, a Dios, su infinita paciencia, cambiando nuestras vidas, nuestra manera de hacer las cosas, de ejercer nuestros poderes. Recordemos que no los tuviéramos si no nos los concede Dios, fue lo que Jesús le dice a Poncio Pilato, y nos lo repite a nosotros. Seria una muy buena oportunidad para reconocer que hemos desobedecido a Dios, y lo hemos puesto como justificación a veces de nuestras faltas, ya basta que otros paguen por los errores de unos cuantos poderos, ya basta de guerras que nada tienen que ver con los que las padecen, ya basta de matar a causa de las religiones o en nombre de Dios. Jesús murió ya por causa de todo esto, ¿Cuántos cristos más tienen que morir?
 
 
¡Alabado sea Jesucristo!
 
Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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