domingo, 24 de agosto de 2014

Homilía del 21º Domingo del Tiempo Ordinario

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos. 11, 33-36.


¡Qué profunda es la riqueza, la sabiduría y prudencia de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones, qué incomprensibles sus caminos! ¿Quién conoce la mente de Dios? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le dio primero para recibir en cambio? De él, por él, para él existe todo. A él la gloria por los siglos. Amén.

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"DIOS SABE PORQUE HACE LAS COSAS"

Hola hermanos y hermanas, paz y bien.
 
Es común esta expresión cuando hay alguna situación que nos pasa que no comprendemos, y es cuando la decimos o recordamos. Estamos al final del capitulo 11 de esta carta de san Pablo a los romanos, y la lectura que ahora leemos no es una confirmación de esta frase con la que titule esta reflexión.
 
Las cosas, buenas o malas, que nos pasan tienen siempre un porque, y siempre podemos encontrar una causa y un efecto. Casi siempre tienen que ver con las decisiones que tomamos, pues no siempre las tomamos con el discernimiento necesario y menos aún preguntándonos si tienen que ver, estas decisiones, con la voluntad de Dios. Por ejemplo, hace como un mes en nuestra parroquia se dio una situación muy penosa, raptaron a una niña de una quinta (casa de descanso) donde vacacionaban varias familias en la playa, no se supo cual era la intención de los captores, pero la niña apareció, por desgracia, muerta cerca de esta quinta. La perdida fue dificilísima para sus padres, se preguntaban porque Dios permitió esta atrocidad, pero en realidad no fue Dios el que intervino para que esto pasará, fue la decisión, tal vez, de unos hombres desequilibrados o delincuentes que querían sacar provecho de las familias, pudieron ser muchas cosas, sin embargo fue una decisión humana. Incluso su muerte, la muerte de la niña, fue un efecto de la decisión, un efecto que se les salió de las manos. Y no podemos decirle a los familiares que "Dios sabe lo que hace", sino que debemos de dar respuestas, pero sobre todo nuestro respaldo, nuestra oración y nuestra cercanía.
 
Otra situación penosa fue la muerte de un a periodista que vivía también en el territorio de nuestra parroquia, que al parecer fue una decisión suya la que la llevo a la muerte, pues estaban robando a otra persona y ella se dio cuenta, le quiso ayudar y fue ella la que cargo con la violencia del asaltante al punto de quitarle la vida. Fue una decisión valiente, la de ayudar a una persona que estaba siendo asaltada, pero su acción la llevo a perder la vida, y no podemos decirle a la familia "Dios sabe porque hace las cosas".
 
Pero si hay cosas que nosotros no sabemos con respecto de Dios, como su sabiduría, pues no la podemos medir, ni quien le ha sugerido como hacer lo que existe, ni quien le ayuda a tomar las decisiones. Pero esto es en cuestiones de la naturaleza, de lo creado. Seguro que Dios no tiene consejeros, no tiene alguien que le diga que hacer, pero nosotros por nuestra oración, por nuestra unión con Él podemos ir conociendo mejor lo que Dios es, lo que quiere y lo que hace, pero se necesita un esfuerzo humano para alcanzar un grado de unidad con Él para saber sus designios. El único ser humano que conocía la ciencia, la sabiduría, las decisiones de Dios es su Hijo, Jesucristo Nuestro Señor, y las conocía bien, pues el mismo dice que "quien lo ve a Él ve al Padre". Pero el mismo Jesús tenia algo que dice san Pablo que es una característica de Dios, la prudencia, Jesús a pesar de que sabia los designios de Dios no los revelo, sino quiso que por medio de él ingresáramos al Padre.
 
Hermanos y hermanas, es bueno preguntarse este domingo, ¿Cuánto conozco a Dios? pues nos puede pasar como los apóstoles en el Evangelio de hoy, que no sabían quien era Jesús. Conocemos en realidad a Jesús, después que hemos convivido con Él, o en realidad ¿Hemos convivido con Él?
 
Solo conociendo a Dios en la oración, podemos llegar a la verdad que san Pablo nos dice al final de este capitulo; "de Él, por Él y para Él existe todo". Entremos a la lógica de Dios y encontraremos repuestas a nuestras preguntas, a las situaciones difíciles de nuestra vida. Solo Dios puede darnos las respuestas y Jesús es una respuesta de Dios, por medio de Él nos da las respuestas a las interrogantes de nuestra vida.
 
¡Alabado sea Jesucristo!
 
Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.
 
 
 

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