domingo, 30 de agosto de 2020

CONOCER A JESÚS, experiencia no información.

Comúnmente cuando hablamos de conocer algo o algún personaje que no conocimos y ha quedado en la historia, nos referimos a leer para conocer, es decir, nos informamos para conocer eso que no sabíamos. Pero cuando hablamos de personas concretas, que conviven con nosotros, que viven todos los días con nosotros, la expresión conocer a esa persona toma un valor experiencial y no informativo. Con Jesús pasa lo mismo, si convivimos con Él, si Él vive realmente cada día con nosotros, conocerlo significa hacer experiencia completa con Él, no conocer información de Él, sino hacer la experiencia con todas sus implicaciones. Para conocerlo de verdad y no caer en la trampa de informarnos de la vida y obra de Jesús es necesario lo siguiente:

* PASAR POR LA BURLA. Tenemos que estar conscientes de que Jesús es único, como todo ser humano, y que Él más que todos, es un ser humano integro que no entra en cualquier arquetipo de personalidad, que es un tipo muy sano psicológica y emocionalmente, que no entra en los moldes "normales" de la sociedad de su tiempo y en la actual. Por eso mismo será difícil que la gran mayoría lo comprenda cuando hablamos de Él y más aún nos comprenda a los que seguimos sus huellas por el camino de la vida. 

Sin lugar a dudas que hay muchos que siguen a Jesús de forma muy inmadura o haciendo un Jesús a la medida de sus complejos y de sus traumas, haciendo una caricatura de su relación con Dios. Por otra parte existen creyentes más coherentes, que han hecho una experiencia viva y sentida, una experiencia de seducción y aceptación de un amor sin interés, una experiencia de fuerte confrontación de la vida de Jesús y su vida, estos, como dice el profeta Jeremías, sienten "un fuego ardiente encerrado en los huesos" que los anima a anunciar la experiencia vivida que han tenido con Jesús, y no les importa pasar por burlas o ser el hazmereír de muchos y aunque muchas veces han querido tirar la toalla ese "fuego ardiente" no los deja.

* PASAR POR EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO. Es seguro que cuando estamos empezando a conocer a alguien siempre nos proyectamos en esa persona, por eso nos cae muy bien o nos cae medio mal, cuando algunas cosas se parecen positivamente a lo que somos congeniamos y parece que la relación va muy bien, pero cuando algunas cosas se parecen negativamente a lo que somos y no aceptamos, entonces la relación no va bien y aveces nos desentendemos de pulir esa relación, incluso abandonamos el conocimiento hacia esa persona. Cuando pasa esto último nos estamos perdiendo de un conocimiento profundo de nosotros mismos, nos salimos por la tangente y no queremos enfrentar lo que realmente somos.

Así nos pasa con Jesús, cuando nos proyectamos negativamente con su vida y vemos algunas cosas que no checan con la nuestra o que no vamos a lograr o no estamos dispuestos a renunciar, entonces decidimos abandonar esa experiencia de conocimiento y estamos renunciando inevitablemente a conocernos a nosotros mismos. Solo quien se enfrenta a si mismo, por medio de lo que le proyecta el otro, es capaz de un crecimiento y un autoconocimiento para que diga como el salmista: "Señor mi alma tiene sed de ti".

* PASAR POR LA CRUZ. Cuando empezamos a seguir a Jesús, en cualquier estado de vida, no tenemos claro que es lo que implica seguirlo, estamos cegados por el romanticismo, como una relación de novios donde todo es beso, apapacho y color de rosa. Con el tiempo nos damos cuenta que implica pasar por la cruz para llegar a la luz, es decir, necesitamos pasar de la lógica del mundo a la lógica de Dios. 

La lógica del mundo es siempre materialismo, consumismo, éxito, incluso pasando encima de los demás para lograr a toda costa eso. En cambio la lógica de Dios, que Jesús nos trae, es pasar por debajo de todos, "lavandoles los pies a todos", "pasar por el mundo haciendo el bien", "amando al prójimo como a uno mismo" y "sirviendo a todos sin servirse de nadie", esto implica muchas veces renuncia a si mismo, es la humillación de la cruz, es la aceptación de la debilidad propia y de los demás, es "AMAR HASTA QUE DUELA". 

Que Jesús nos conceda la gracia de conocerlo en la experiencia de la vida, de la experiencia de su misma vida. Renunciemos a vivir una relación con Él de una simple información de su vida sin involucrar la nuestra a su plan de un reino de Justicia, de Amor y de Paz.

Fray YOLO

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