domingo, 11 de enero de 2015

Homilía de la Solemnidad del Bautismo del Señor.

Del libro de Isaías: 42,1-4.6-7.

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»


"TE HE TOMADO DE LA MANO"

Hola hermanos y hermanas, Paz & Bien. 

Este domingo celebramos el bautismo del Señor, y con él termina el tiempo de navidad. Pero si Jesús no era un pecador sino el Santo de Dios, por eso no tenía necesidad del bautismo, ¿qué significa que Jesús se haya dejado bautizar por Juan el bautista? El bautismo del Señor no le convenía a Él sino a nosotros, pues lo que realiza, como todo en su vida, lo hizo por amor a nosotros. Cuando Jesús fue sumergido por Juan en el Jordán todas las aguas, con las que fuimos bautizados todos, quedaron santificadas; así lo dicen los antiguos padres que ha reflexionado este hecho. Pero sin duda el gran regalo que nos ha dado es ser: "liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión" (CEC; 1213)

Dios por medio del bautismo nos introduce a su casa, a su Iglesia. Pero quiero ponerles un ejemplo muy sencillo para comprender nuestro bautismo, que tiene sentido por el bautismo de Jesús: 

Jesús, por su bautismo, se parece a un padre o madre de familia que lleva a su hijo o hija al catecismo, lo guía, va muy feliz a dirigirlo al Padre Dios. No necesita una hojita para firmar las asistencias a la Misa, no lo lleva enojado porque no lo dejan descansar el domingo y, más aún, no nos deja solos en el camino hacía Dios como lo hacen algunos padres en algunas parroquias. Nos hemos acostumbrado a hacerlo todo por requisito y no por responsabilidad, vamos a Misa (lo decimos) cuando nos nace. A poco vamos al IMSS cuando nos nace, claro que no, vamos al IMSS o al medico porque estamos necesitados de salud; y Dios, así como su Hijo y el Espíritu Santo son nuestra Salud. ¿Acaso no cambiarían muchas cosas en la Iglesia si cada uno viviera con responsabilidad su compromiso cristiano? 

Pero es una realidad que los pastores (catequistas, religiosos, sacerdotes u obispos) no hemos sabido hacer madurar la fe y el compromiso del pueblo cristiano. Me parece triste y sin sentido que un pastor se preocupe más por la firma (que se puede conseguir con trampas) de asistencia o confesión, que de la formación y la respuesta amorosa de los fieles a Dios que nos ama tanto, que se nos ha entregado desde siempre y que se sigue entregando con su Cuerpo y su Sangre. ¡Que ciegos somos al no darnos cuenta de lo más importante en nuestra vida! Cada pastor debe llevar a los demás a Dios, no es suficiente la formalidad en la formación (hojitas de asistencia, libros, tareas, etc.) es necesario asegurarse que los hermanos a quienes servimos vayan creciendo en su fe, en su relación con Dios. Y esto se consigue con creatividad, con una buena animación, con una buena formación, pues uno no puede dar lo que no tiene. Que triste cuando un servidor o pastor no quiere formarse, o simplemente es del montón y no da testimonio; y luego los demás dice: ¡Si eso lo hace él o ella que esta cerca de la Iglesia, pues yo también!

No olvidemos hermanos y hermanas que somos guías, y los que guiamos van viendo nuestro testimonio, tenemos que ir luchando para ser un mejor discípulo y testigo del amor de Dios en la vida concreta. Y así como el bautismo es un sacramente por el que se nos cuminica las gracias para caminar la senda de la vida cristiana, así nosotros con nuestro testimonio (sacramento o signo) ayudamos a caminar a otros por la vida cristiana. Ojala que al final de nuestra vida, cuando sea la hora de encontrarnos con el Señor nos de las gracias por haber "tomado a otros de la mano" para guiarlos hacía Él, y ojala que no nos reclame porque alejamos a muchos de su camino.

¡Buen domingo!

Fray Juan Gerardo  Morga, OFMCap.

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