domingo, 1 de diciembre de 2013

Homilía del 1° Domingo del ADVIENTO.

De la carta del apóstol San Pablo a los Romanos. 13, 11-14.


Reconozcan el momento en que viven, que ya es hora de despertar del sueño: ahora la salvación está más cerca que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día se acerca: abandonemos las acciones tenebrosas y vistámonos con la armadura de la luz.

Actuemos con decencia, como de día: basta de banquetes y borracheras, basta de lujuria y libertinaje, no más envidias y peleas. Revístanse del Señor Jesucristo y no se dejen conducir por los deseos del instinto.

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!Despierten del sueño¡

Que el Señor les conceda su paz, hermanos y hermanas:

Hola a todos los que me leen. Quiero iniciar este nuevo ciclo (año) litúrgico ofreciéndoles la reflexión de las 2das. lecturas de cada domingo. Cada domingo me centraré en la reflexión de esta lectura, pues aveces se deja de lado porque no tiene nada que ver con el contexto de las otras lecturas. Espero les ayude.

Este primer domingo del tiempo de ADVIENTO el tema es no pensar que el tiempo presente es el más importante, que las cosas que tenemos son las que nos ayudarán. por eso el Evangelio de hoy nos dice que pongamos los ojos en las cosas que no se ven, pues son las que más importan, que estemos atentos. Esta parte de la carta a los Romanos, san Pablo nos invita a estar despiertos, pues a veces podemos pensar que ya por estar en misa o con los hermanos, ya estamos bien, sin embargo no siempre es así.

Dice san Pablo: "Ya es hora que despierten del sueño", esta es la frase que más me llama la atención, pues es una buena frase para iniciar con este nuevo año y también con este ADVIENTO. Pero, ¿por qué a veces esta dormida nuestra fe, nuestra esperanza o nuestra caridad? Precisamente porque nos confiamos, pensamos que las cosas, las situaciones, nuestras cosas, nuestros problemas son los únicos que importan, y se nos olvida que lo único importante es Dios, Él nos ayuda siempre, esta con nosotros siempre, a pesar de lo que hagamos. 

También nuestra esperanza esta como dormida, y una prueba de eso es que vivimos el hoy sin esperar algo mejor para el mañana. Muchas veces pensamos que es mejor vivir el momento, vivir el presente, y es correcto, pero tenemos que vivir el presente con la esperanza de algo mucho mejor que esta vida presente. De hecho el Adviento es un tiempo de esperanza, de esperanza en una tierra nueva, de un cielo nuevo, incluso aquí en la tierra. No vivamos, hermanos y hermanas, como personas sin fe y sin esperanza, porque si vivimos así caemos en el desanimo, vivimos como dormidos, sin sentido esta vida que es tan bella. 

Otra virtud que parece dormida en nosotros es la caridad. Nuestra vida cristiana es como un camino, el cual sino es transitado por cada uno de nosotros se pierde, sale hierba. La fe en Jesucristo no solo es ir a misa, rezar, "portarse bien", cumplir, también es caminar por este camino que se llama caridad (amor), pues este camino es el mismo por donde caminó Jesús. En este tiempo  de Adviento estamos invitados por Jesús a pasar de las obras de las tinieblas a las obras de la luz, y esto se hace patente cuando ayudamos a nuestros hermanos y a los que más nos necesitan.

Seria muy bueno, hermanos y hermanas, que este Adviento tengamos en cuenta esto que nos dice san Pablo: "basta de banquetes y borracheras, basta de lujuria y libertinaje, no más envidias y peleas", pues solo así tendría sentido iniciar una nueva oportunidad para ser mejor, pues Dios siempre nos da una nueva oportunidad. Vivamos es nueva oportunidad que Dios nos da para ser mejores como si fuera la última que vivamos.

Creamos en Dios, confiemos en Él; y esperemos un mundo nuevo, sin corrupción, sin violencia, sin guerras, un mundo de paz, de concordia y de fraternidad; pero no olvidemos que esto lo construimos nosotros, a pesar que que el tejido social, el sistema que impera hoy es tenebroso, puede haber algo mejor, pero lo tenemos que construir. No tengamos miedo de levantar la voz ante las injusticias, no tengamos miedo de actuar con convicción ante alguna situación de corrupción, no tengamos miedo en definitiva de amar, de construir una sociedad basada en el amor, en el amor de Dios que se hace SALVACIÓN, que se hace HOMBRE como nosotros, que viene a ayudarnos, que viene a ser como un FARO que ilumina nuestro camino.

¡Buen inicio de año, hermanos y hermanas, y que el Señor sea el que nos ayude para esperar con confianza su venida gloriosa al final de los tiempos y en nuestro tiempo!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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