domingo, 29 de diciembre de 2013

Homilía del Domingo de la SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ.

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses: 3, 12-21.


Por tanto, como elegidos de Dios, consagrados y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión, de amabilidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; sopórtense mutuamente; perdónense si alguien tiene queja de otro; el Señor los ha perdonado, hagan ustedes lo mismo. Y por encima de todo el amor, que es el broche de la perfección.


Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, esa paz a la que han sido llamados para formar un cuerpo. Finalmente sean agradecidos. 

La Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza; instrúyanse y anímense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos inspirados. Todo lo que hagan o digan, háganlo invocando al Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


Esposas, hagan caso a sus maridos, como pide el Señor.
Maridos, amen a sus esposas y no las traten con aspereza.

Hijos, obedezcan a sus padres en todo, como le agrada al Señor.
Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen.

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Un Dios de familia, que nace en una familia 
y que es familia.

Que el Señor les de la paz, hermanos y hermanas:

Hoy es domingo de la Sagrada Familia, ejemplo y modelo de las familias. Es bueno que este día reflexionemos como estamos como familia, si los problemas que surgen los resolvemos o no, que nos hace falta para vivir feliz en familia, como la familia de Jesús. Quiero centrar la reflexión en esta carta de san Pablo, pero también en estas tres ideas del titulo de esta reflexión.

Cuando hablo de un Dios de familia, estoy queriendo decir que Dios es cercano a nosotros su pueblo, sus elegidos, como dice Pablo, a los que ama y consagra para Él. Incluso en la Navidad lo celebramos como el EMMANUEL, es decir, "Dios con nosotros". Aveces podemos sentir que Dios no está con nosotros, pero no es así, cuando más nos sentimos huérfanos, que no esta Dios, es cuando esta Dios con toda su presencia, solo que la magnitud que le damos a nuestros problemas nos impiden ver que está. Dios esta cerca de nosotros, se preocupa por nuestras cosas, es un Dios de familia.

Pero también quiso nacer en una familia humana, quiso ser como uno de nosotros y vino en medio de una familia, de la familia humana, pero más aún en la familia de María y José. No fue fácil su llegada para estos dos padres de familia, pues a María le surgieron dudas, y tuvo que pasas por vergüenza o pena por su embarazo que no era tan común eso de quedar embarazada de Espíritu Santo; también fue difícil para José aceptar que María fuera a tener al Hijo de Dios, un hijo que para él era como adoptado. Tenemos que aprender mucho de José y María, de José la paciencia de aceptar un hijo que no es su hijo, de María su "si" continuo y alegre. Jesús quiso nacer en una familia, para enseñarnos como ser feliz en una familia.



Podemos preguntarnos ¿Cómo el Dios omnipotente pudo acostumbrarse a una familia, de someterse a unos padres, de ser el hijo de María y José? Y la respuesta es sencilla, Jesús el Hijo de Dios, el hijo de María y José, junto con el Padre y el Espíritu Santo son familia. Si, hermanos y hermanas, lo que conocemos como la SANTÍSIMA TRINIDAD, es una familia, es una comunión de amor, "profunda compasión, amabilidad, humildad, mansedumbre, paciencia", por eso Pablo nos dice que nos revistamos de estas virtudes, que son las mismas virtudes que posee Dios.

La invitación de Dios en este domingo es para que cada uno pongamos de nuestra parte para vivir en el amor, en una familia. Si cada uno ponemos de nuestra parte podemos superar los problemas, los males entendidos, y podemos superar el mal empleo de lo que el mundo nos dice que es una familia. Luchemos contra quien por el trabajo destruye a las familias, hoy es usual encontrar padres que no tienen tiempo para estar con sus hijos porque trabajan en horarios esclavizantes en maquilas o fabricas con horarios corridos. 

Pero también esta la contra parte, vemos familias destruidas por que los padre no encuentran trabajo, y sobre esto, ha  dicho el Papa Francisco, que aquellos gobiernos que no procuran de empleo a los ciudadanos están atentando contra la dignidad humana, es decir, que un padre o una madre no tenga trabajo para alimentar a sus hijos es contra la dignidad del ser humano. También hay que luchar contra los que piensan que la familia solo se funda en el dinero, en las cosas, en lo superficial, pues la familia se funda en Dios que es familia, en Jesús que quiso nacer en una familia y en un Dios que es de la familia.

Animo, hermanos y hermanas, a trabajar para que la familia, Iglesia domestica, sea un reflejo de Dios Trino y Uno, pero también que la familia humana, sea cada vez más una familia, una fraternidad, unida por el mismo Padre del Cielo, hermanada por el mismo Hijo de Dios y movida o guiada por el mismo Santo Espíritu.


¡¡¡ Feliz domingo de la SAGRADA FAMILIA !!!

Fray Juan Gerardo Morga, OFMCap.

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